Nos gusta el cine, y nos gusta de todos los géneros siempre que esté realizado con calidad. Se tiene la sensación de que la comedia está reñida con la consideración de "gran película", aunque hay numerosos casos que lo desmienten. Esta semana. nuestro crítico de cine de Cope Valencia, Eduardo Casanova nos trae tres ejemplos de buenas pelis que tienen en el humor el vehículo para llegar al público. Estamos de acuerdo en que no se trata de obras maestras, (aunque la de Thomas Vinterberg está muy cerca) pero sí que muestran muy buena factura, muy buenas interpretaciones, con lo dificil que es eso en comedia sin "pasarse de rosca", y sobre todo, cumplen con el cometido de divertir, entretener y dejar un buen sabor de boca en la experiencia que supone ir al cine. Cada una de las propuestas que aparecen bajo estas líneas son absolutamente diferentes en el tipo de humor que destilan y en cómo lo utilizan para contar su historia, pero hacen muy bien su trabajo en cada caso. Mención aparte merece "Otra ronda", ya que no se trata de una comedia como tal, aunque consigue momentos realmente divertidos que utiliza de manera brillante para revestir de humor, y a la vez evidenciar, los dramas que afloran tras la adicción al alcohol.

OTRA RONDA

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Una de las películas más aplaudidas de la sección oficial del Festival de San Sebastián fue el último trabajo de Thomas Vinterberg, que además ha conseguido merecidamente las nominaciones al Óscar a mejor dirección y película internacional. Este drama disfrazado de comedia prácticamente nos propone un juego al relatar la odisea etílica de cuatro maestros de instituto, retando hábilmente al público a leer entre líneas, a la par que provoca situaciones hilarantes, camuflando los graves e irreversibles conflictos latentes. Su desinhibida escenificación peca de falta de contundencia, particularmente en la resolución, pero es ahí donde se ha de captar el trasfondo.

Martin, en plena crisis matrimonial, asiste a una distendida cena con sus amigos, docentes como él. Durante la velada Nikolaj les invita a comprobar la controvertida teoría de un filósofo noruego, según la cual nacemos con cierto déficit de alcohol en sangre y, por lo tanto, mantener la tasa ideal mejoraría las aptitudes y habilidades sociales. Así que empiezan sus ensayos, aumentando paulatinamente la dosis diaria, sin prever las consecuencias de alterar el experimento.

CUÑADOS

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El título y su cartel no invitan a albergar muy buenas expectativas; sin embargo, encontramos una comedia, cuanto menos, entretenida y divertida en muchos momentos. Es de aplaudir la intención de llegar a todo tipo de públicos, evitando caer en los habituales terrenos escatológicos y groseros. Además, sabe contenerse a la hora de introducir detalles disparatados y dentro de sus parámetros mantiene la coherencia del relato. Añade a ello un toque de costumbrismo gallego del que se beneficia su puesta en escena.

Eduardo y “Sabonis”, socios y cuñados, están en un serio aprieto porque la aseguradora de una residencia que se ha incendiado les reclama 250.000 euros. Al parecer, el fuego se propagó por la mala calidad de la madera que instalaron en el inmueble. Si no pagan, podrían perder la bodega familiar, fundada por su suegro. En esa tesitura, deciden secuestrar al supuesto hombre de confianza de la millonaria y mafiosa empresaria Alicia Zamora, quien les engañó vendiéndoles material aparentemente ignífugo.

I CARE A LOT

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Entre la intriga y el humor negro navega esta película aceptable. Pese a no conseguir un thriller redondo y menos aún, una comedia chispeante, mantiene siempre el ritmo adecuado y la expectación por conocer su desenlace, además de sorprender en algunos momentos. A ello se une el magnífico trabajo de los actores, asumiendo papeles perfectamente definidos que mejoran la calidad de su peligroso pulso, deparando unos cara a cara sin desperdicio.

La intachable reputación de Marla Grayson, como tutora legal de ancianos aparentemente enfermos y desamparados, esconde un lado oscuro. Los ingresa en residencias a la par que se apropia de sus pertenencias, con la connivencia de distintos cómplices. La codicia de esta ingeniosa estafadora no tiene límites, pero comete el error de proceder del mismo modo con Jennifer Peterson, ignorando que su hijo lidera una organización de criminales sin escrúpulos.