El Ayuntamiento de Càrcer inicia este mes el censo de los perros mediante el registro de su ADN a través de la saliva, con el objetivo de controlar la salubridad y contar con una base de datos con la que identificar la autoría de los excrementos que, con demasiada asiduidad, se propagan por las calles.

Con este registro, cada vez que se localicen excrementos sin recoger se recogerá una muestra para analizarlos, junto a la imposición de sanciones que podrían llegar a 200, anuncia el consistorio en un comunicado.

A partir del próximo 15 de junio y durante el mes de julio la el Ayuntamiento costeará la mitad del coste de la identificación (34 euros), mientras desde agosto los dueños tendrán que pagar el total del registro en la clínica.

Para realizar el trámite, el perro deberá tener chip y llevar el pasaporte. Finalizado el proceso se le entregará una chapa identificativa que deberá llevar en el collar de manera visible.

Las pruebas de ADN serán ejecutadas por una empresa especializada, que controlará las 200 mascotas que viven en Cárcer. Esta compañía lanza una campaña informativa para que los propietarios sepan cuándo podrán llevar a sus perros a los análisis.

En el caso de nuevos nacimientos se prevé un periodo de tiempo de tres meses para formalizar la inscripción, de un mes cuando se trate de nuevas adquisiciones.

No es el único consistorio que ha iniciado esta lucha contra los excrementos caninos en las calles, la localidad de Paterna hace un año que anunció la puesta en marcha del mismo sistema de análisis de Adn, el Ayuntamiento de Valencia que también puso en marcha una campaña para concienciar a los ciudadanos y dueños de los perros para que recojan los excrementos de los perros.