Cuatro generaciones de amor común hacia la familia y hacia los viñedos eso es Clos de Lôm. Una mezcla de dos pasiones que se reflejan en el buen hacer de la bodega.

Comenzamos con cuatro referencias y luego vino Isidra, la joya de la corona

Lucía Serratosa directora de marketing y ventas de Clos de Lôm reconoce que todos los éxitos que están cosechando se los debe a su equipo entre los que se encuentra Pablo Ossorio como enólogo y director técnico; "contar con él es un honor y hace maravillas con la uva".

Clos de Lôm es una de las bodegas más grandes con casi trescientas hectáreas y han salido al mercado con cinco referencias. "Comenzamos con cuatro referencias y luego vino Isidra, que es nuestra joya de la corona y con la que vamos a seguir cosechando éxitos".

"Isidra nace de la filosofía de parcelar la finca y hacer una exigente selección de uva primero y en bodega después, además tiene un proceso de crianza de doce meses de barrica y seis meses posteriores en botella. Es un vino más elaborado y con mayor complejidad", reconoce Lucía Serratosa.

CLOS DE LÔM - HISTORIA DE UNA FAMILIA

Esta bodega nace con gracias a la familia Dupuy de Lôme, que tomaron la decisión de establecerse en un enclave único en 1836, conocedores de la calidad de sus suelos. Esto permitió a la familia, años después lanzar un proyecto ilusionante: la bodega Clos de Lôm.

Según nos cuentan ellos mismos "la bodega es el resultado de un esfuerzo constante, de la aplicación de una vocación definida, de la aportación de una voluntad férrea, de la entrega, la disciplina, la tenacidad, el sacrificio, la obsesión, la paciencia y de un deseo de lograr algo importante para nosotros; nuestros vinos".