Marcelino García Toral es el hombre del momento. A punto de cumplir su segunda temporada al frente del Valencia CF, el técnico asturiano alcanzará el próximo miércoles en el Wanda Metropolitano la cifra de 100 partidos dirigiendo al club ché desde la banda. En Madrid, frente al Atleti, será centenario. Y lo hará soñando con todo y haciendo soñar a los valencianistas con ver a su equipo competir por todo.

Marcelino llegó al Valencia CF el 11 de mayo de 2017, para coger a un equipo que durante las dos últimas campañas había rozado la tragedia. Sin rumbo, perdido en los despachos y con técnicos sin personalidad ni experiencia, llegó la hora de Mateu Alemany. El director general cogió las riendas deportivas del club y, a pesar de la voluntad de José Ramón Alesanco (por aquel entonces todavía director deportivo) de apostar por Quique Setién, el gestor balear lo tuvo claro. Marcelino era su hombre.

El técnico asturiano asumió el reto de devolver al Valencia CF al lugar del que nunca, por historia, palmarés y afición debió salir.

Una reestructuración de la plantilla, la llegada de buenos futbolistas en forma de cesión y la dirección del entrenador, llevaron al Valencia CF a clasificarse de nuevo para disputar la Champions y alcanzar las semfinales de Copa, cayendo a manos del que sería posteriormente campeón: el FC Barcelona.

Aquella magnífica gestión del grupo le llevó a renovar su contrato hasta junio de 2020 y a comenzar un nuevo proyecto ya con galones sobre sus hombros.

La temporada 2018-2019, coincidiendo con el centenario del club, no comenzó del modo esperado. Empate tras empate y algún tropiezo sonoro, dejaron tocado al cuerpo técnico y al vestuario. Tanto que, a 10 puntos de los puestos Champions en Liga y eliminado en la fase de grupos de la Liga de Campeones, Marcelino comenzó a ser cuestionado por parte del entorno y por algunos ejecutivos del club. Fue entonces cuando, de nuevo, se erigió la figura de Mateu Alemany para respaldar ante el propietario a Marcelino, manteniendo vivo el proyecto que ambos comenzaron un verano atrás.

Aquella magnífica gestión del grupo le llevó a renovar su contrato hasta junio de 2020 y a comenzar un nuevo proyecto ya con galones sobre sus hombros.

Una decisión que ha resultado clave con el paso del tiempo. El Valencia está a dos puntos del cuarto en Liga, en semifinales de la UEFA Europa League y en la final de la Copa del Rey. Un 2019 inmaculado que va camino de histórico, gracias a la gestión desde el banquillo de un hombre cuya profesionalidad es intachable y que ha devuelto la confianza a un vestuario que se ha revalorizado a su paso. Los pesos pesados del grupo apoyan a ciegas a su entrenador y Marcelino sueña con todo. Sus números también le avalan. En 99 partidos dirigiendo al Valencia CF, Marcelino lleva 50 victorias, 28 empates y 21 derrotas. Ha superado 10 eliminatorias de 11 posibles y en la Europa League está invicto: cinco victorias y un empate.

Llega el tramo final, el momento de la verdad. Pero, pase lo que pase, Marcelino le ha cambiado la cara el club desde el banquillo. El Valencia CF vuelve a ser competitivo: bronco y copero.