Esto se va pareciendo a la normalidad. A la de toda la vida. A los entrenamientos en grupo, que es de lo que se trata. Hoy ha sido día de reestreno en L'Alqueria del Basket, a donde llevan acudiendo los jugadores 'taronja' las últimas tres semanas, pero con la novedad de que el contacto con el compañero ha pasado del mero saludo con los codos, como mandan los protocolos sanitarios, a que el roce haya sido mucho más real y se haya llegado incluso al choque fortuito.

Ha comenzado la fase 3 de entrenamientos de equipos profesionales y el sistema elegido por Valencia Basket ha sido el de dividir al 'roster' en tres grupos de cinco jugadores (son 15 desde el regreso de Josep Puerto que estaba cedido en Castellón) que se han ido alternando en las pistas previa desinfección de todos los materiales y elementos necesarios en las sesiones.

Cada jugador tiene su vestuario exclusivo y rotulado con su nombre

Cada uno de los grupos comenzaba su mañana en las pistas pares, en las que realizaba los estiramientos y ejercicios de trabajo físico de manera individual. Posteriormente, cada grupo de cinco jugadores cambiaba al lado impar de L’Alqueria para realizar trabajo técnico en grupos pequeños (dos parejas y un jugador en solitario). Y acababan su sesión trabajando los cinco juntos en una pista bajo la supervisión del entrenador Jaume Ponsarnau, donde han realizado trabajo táctico de ataque o defensa en la modalidad de cinco contra cero.

Cada jugador tiene un vestuario para su uso exclusivo convenientemente rotulado, usa todo el material de trabajo de manera única y lo transporta de manera personal hasta la pista que tenga asignada. Los técnicos deben llevar durante toda la sesión de entrenamiento mascarilla y guantes. Hay tres pistas que cuentan con máquinas de tiro para que los jugadores puedan practicar el lanzamiento sin necesidad de apoyo de ningún tipo.