En la previa apuntábamos el nombre del árbitro, Figueroa Vázquez. En los Valencia-Getafe conviene siempre tener en cuenta al colegiado, casi siempre acaba siendo protagonista. Unas veces por errores propios, otras por el trabajo que le dan ambos equipos.

Errores al margen, que no conviene obviar porque son aparentes y decisivos en el partido, también se mide el doble rasero del árbitro. Lo de Cabaco no, lo de Diakhaby sí. En eso se debate el valencianismo. Es cierto que la expulsión del central francés se ajusta al reglamento. La de Cabaco también debió de ser revisada desde la agresividad de la entrada y la reincidencia del uruguayo.

La primera parte no tuvo fútbol. Solo patadas, codazos, sangre y un golazo de escándalo. Ni un tiro entre los tres palos del Valencia. Lo más peligroso un disparo lejano de Kangin Lee y algún centro lateral de Gayá que nadie remató.

Tampoco Cillessen tuvo trabajo, pero cuando llegó, le pilló desprevenido y desprotegido ante un auténtico obús de Arambarri que llegó a tocar con la mano desviándola a la misma escuadra. Lástima que el impulso del palo fue para dentro y no hacia fuera. De lo que pudo ser el paradón de la Liga, paso a ser el golazo de la Liga.

Cabaco, que ya fue expulsado en la ida de Mestalla, se jugó el tipo en varias ocasiones. Sobre todo, en una entrada brutal a Wass que ni siquiera fue amarilla para el colegiado. Luego remató la faena con una entrada al tobillo de Kangin cuando se iba hacia la portería, es cierto que con muchos metros por delante.

Tras el descanso, el partido duró cinco minutos. Los que tardó en liarse Diakhaby y luego intentar rectificar el error autoexpulsándose. El Valencia con diez jugadores y a los tres minutos siguientes, Mata aprovecha el bajón del equipo para marcar el segundo.

Gracia movió banquillo dando entrada a Gameiro por Racic. Y Vallejo sin salir. Inexplicable. Luego Cutrone y Oliva, mientras el gaditano seguía en la banda calentando.

Pudo ser peor. Figueroa no tenía bastante y en el 73, expulsa a Paulista con roja directa por entender que es una jugada manifiesta. El VAR deja sin validez la decisión del árbitro por fuera de juego anterior de Mata.

Aleñá puso la puntilla a la debacle valencianista. Cinco partidos llevaba sin marcar el equipo de Bordalás. Tres le hizo a Cillessen y Kubo pudo hacer el cuarto con una pelota que dio en el palo.

Hablaba Javi Gracia en la previa de la nula sorpresa que podía ofrecer el Getafe. Sabían a quien se median y lo que se iban a encontrar en el Coliseum y por eso había que contrarrestar con actitud para estar a la altura del partido. Es obvio que las intenciones se quedaron sólo en palabras. Algo muy habitual jornada tras jornada en este Valencia.