Decenas de técnicos de varias plantas de residuos de la provincia de Valencia se han sumado al dispositivo de la Guardia Civil que sigue buscando en el vertedero de Dos Aguas, los restos de Marta Calvo, la joven desaparecida hace casi cuatro meses.

Los agentes han removido ya más de 900 toneladas de basura del vertedero de Dos Aguas y los investigadores tratan de concretar, con la ayuda de los técnicos, en su mayoría trabajadores de las plantas de residuos, las zonas en las que poder concretar la búsqueda.

El detenido y autor confeso de la muerte de la joven, confesó a la Guardia Civil que se habría desecho del cuerpo de la chica en varias bolsas de basura que habría arrojado a varios contenedores de las localidades de la comarca, concretamente en Alzira y Silla.

El jefe de la VI zona de la Guardia civil, el general José Hermida, según publica hoy Las Provincias, se desplazaron ayer al vertedero de Dos Aguas para supervisar el operativo que se ha reforzado en los últimos días para que la familia pueda cerrar este doloroso capítulo.

En lo que respecta a la investigación, sobre la mesa de los investigadores constan ya hasta un total de ocho casos que tienen muchos parecidos con el de Marta Calvo. Se trata de testimonios de mujeres que habrían sido víctimas de Jorge Ignacio P.J.. Todas sus declaraciones coinciden en que practicaron con el autor confeso de la muerte de la joven, encuentros sexuales con el mismo “modus operandi” con el que los investigadores creen que murió la joven. Es decir, lo que se conoce como “fiesta blanca” y que consiste en practicar sexo introduciendo droga en los genitales.

Además, la Guardia Civil logró localizar restos en el cuarto de baño del detenido, en su casa de Manuel, pero no pudieron demostrar que correspondieran a Marta Calvo. Era tan escaso el tamaño de los tejidos encontrados y tan grande la degradación provocada por el amoniaco y otros productos desatascadores que empleó el detenido, el narcotraficante colombiano Jorge Ignacio Palma, que los especialistas del laboratorio de criminalística de la Guardia Civil en Madrid reconocieron que no pudieron obtener el material genético mínimo suficiente para poder cotejarlo con el ADN de la madre de la joven.