Albella ha explicado que en estos trabajos, que se llevaron a cabo desde la Diputación provincial en colaboración con el Ayuntamiento tras la última campaña de excavaciones, se han invertido más de 40.000 euros. “Con ello se quiere poner en valor este yacimiento, ayudando a su conservación y permitiendo que sus visitantes puedan verlo y conocerlo mejor”, ha señalado Albella, quien ha indicado que pese a que los BIC no requieren de una obligatoriedad de accesibilidad universal, el Ayuntamiento está estudiando cómo solventar algunos problemas que ha detectado en este sentido.

Moliner ha agregado que en los próximos meses el Ayuntamiento retirará los restos de la base antigua sobre la que se asentaba la Cruz y que este verano, cuando se lleve a cabo otra campaña arqueológica, la zona debe estar despejada para que pueda llevarse a cabo la segunda fase de instalación de esta pasarela, que contará con una plataforma – mirador desde donde podrá observarse todo el poblado. Se espera que ésta pueda estar terminada antes de que finalice 2018.