Sorprendidos se quedaron los asistentes a la conferencia que el presidente de la Diputación de Castellón, José Martí, al ver al también alcalde de Sueras perfectamente ataviado como si en tiempos del siglos XVIII estuviera.

José Martí, docente de profesión, se erigió en el filósofo alemán Immanuel Kant para desarrollar la conferencia. Como si de sus tiempos impartiendo clase en el IES Penyagolosa de Castellón de la Plana se tratara.

En el coloquio, José Martí, ha defendido en la sede de la UNED en Vila-real que “Europa es una gran herramienta de paz”. Ha sido en el transcurso de la conferencia dramatizada titulada ‘¿Cómo trataría Kant de salvar Europa?’.

Ataviado con una indumentaria propia del siglo XVIII y recurriendo al juego escénico que en ocasiones utilizaba en las clases de Filosofía que impartía en el Instituto Penyagolosa, Martí ha encarnado la figura del gran filósofo alemán de la Ilustración para defender que “hay que ir más allá de los estados para configurar una federación o una sociedad de naciones europeas, que está muy en la línea de lo que hoy es la Unión Europea”. El presidente ha recordado las ideas de Kant de que “los seres humanos somos libres y tenemos la capacidad y la voluntad de autodeterminarnos”.

Martí también ha disertado sobre otra de las grandes ideas del filósofo germano: la consecución de la paz perpetua. Ha añadido que “se alcanzará si hacemos aquello que proponía Kant de que hay que hacer el bien porque es justo hacerlo, porque hay que hacerlo, y no para recibir un premio o una dádiva a cambio, o para llegar al paraíso”. Se trataría de “priorizar el respeto a los otros”. Esta visión de la ética formal de Kant, que “fundamenta las sociedades modernas, liberales y tolerantes, supone una crítica a la forma tradicional de entender la religión”.

José Martí ha dejado claro que Immanuel Kant “es el padre de nuestra sociedad porque nuestra forma de contemplar la vida es en parte kantiana”, destacando que este filósofo de la Ilustración “incide sobre todo en la razón”. Por ello, asegura, “de vivir hoy, sería muy crítico con los nacionalismos que vieron la luz al calor del romanticismo”.