La radiografía de la atención para las personas con discapacidad en Castellón evidencia serias carencias en la atención residencial y de día. Cuatro entidades sociales se han unido para poner de manifiesto que no existen suficientes recursos en la provincia para atender las demandas de personas con grave deterioro físico y/o cognitivo que requieren, por su nivel de dependencia, una asistencia profesional e individualizada en centros especializados.

Una queja que se acentúa, en la celebración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, con una lista de espera “completamente opaca” por parte de la Generalitat Valenciana.

En la actualidad existe un interés creciente por impulsar políticas públicas que pongan en valor la vida independiente de las personas con discapacidad a través de mecanismos como la asistencia personal y otras ayudas a la dependencia. Sin embargo, esta estrategia no es siempre una opción viable para muchas personas, que todavía hoy precisan de un centro residencial o de día para poder llevar una vida digna.

Frater Castelló, Fundación Aspropace, Ateneu Castelló, Afanias y Fampa Castelló Penyagolosa, denuncian esta triste realidad y señalan que todas las semanas reciben demandas de ingreso de familias o personas allegadas a una persona con discapacidad a las que no pueden atender. Peticiones que proceden en muchas ocasiones de los servicios sociales de otros municipios o distritos de Castellón que plantean esta posibilidad.

El número de plazas disponibles “es insuficiente” para responder a las necesidades actuales, denuncian estos centros que trabajan en la ciudad de Castellón. Todas las plazas disponibles están ocupadas y la movilidad es muy escasa. “Pueden tardar años en entrar en un centro porque las vacantes se producen, principalmente, a causa de fuerza mayor dadas las complicaciones de las patologías de las personas que atendemos”, remarca David Carreres, responsable del Centro de Día Maset de Frater en Castelló.

Este “peregrinar” –como denuncian las organizaciones implicadas– resulta “angustioso” y conduce inevitablemente a la Dirección Territorial de la Consellería de Igualdad y Políticas Inclusivas donde “se amontonan los expedientes de personas con nombres y apellidos, con una historia detrás cargada de obstáculos y dificultades”, donde únicamente se les puede ofrecer entrar en “una lista de espera completamente opaca”. En este hito del proceso se hace patente una nueva dificultad. Desde los recursos especializados, remarcan que los baremos para asignar una plaza disponible “son un misterio” tanto para las familias, las personas interesadas o los propios centros que las deben acoger.

La escasez de plazas hace que las residencias y centros de día se hayan convertido en servicios donde se entremezclan perfiles muy heterogéneos, con tipos de discapacidad y problemáticas diversas, en los que conviven patologías, situaciones personales y familiares, así como historias de vida muy diferentes y dispares. “Todo esto obliga a una flexibilidad extrema, donde no siempre se puede asegurar la mejor de las atenciones posibles dada la disparidad de circunstancias diferentes a las que atender y donde prima la urgencia, sobre planes de atención personalizada con proyectos a medio y largo plazo”, señalan.

Con motivo del Día Internacional de las personas con discapacidad, las cuatro organizaciones de Castellón han unido sus voces para buscar respuestas ante una situación que se arrastra desde hace mucho tiempo porque “no existe una voluntad política” de crear nuevos recursos. Las dificultades a la hora de gestionar las propias situaciones derivadas de la escasez de plazas ponen de relieve, según estas entidades, la “dejación de funciones” y condenan a muchas personas en situación de necesidad “al ostracismo y la indignidad” durante años.