Cáritas Interparroquial de Castellón, creada el año 1964, para gestionar la comunidad cristiana de bienes entre Cáritas parroquiales y facilitar la intervención y el acompañamiento a las personas en situación de vulnerabilidad o exclusión social, cuenta con 11 personas contratadas y más de 300 voluntarias, tanto en las acogidas parroquiales de los dieciséis equipos como en los distintos proyectos que la entidad gestiona.

En 2020 se ha acogido y acompañado a los miembros de 2.000 hogares, lo que supone un total de más de 6.000 personas beneficiarias de las ayudas y se han generado más de 40.000 intervenciones y respuestas por parte de todos los agentes que actúan en el territorio.

Más allá de los aspectos puramente técnicos, desde Cáritas indican que "apostamos por los bienes intangibles, los más significativos y los que mejor definen nuestra acción: momentos de escucha, de alegría y sonrisas, miradas al corazón, palabras de apoyo, reconocimiento, ánimo y estímulo que dan fuerzas para seguir caminando, abrazos y constantes detalles de afecto, celebración de las cosas buenas y los pequeños logros, horas de entrega en gratuidad de las personas voluntarias, momentos de sentirse en confianza, de lograr espacios y tiempos de calidad en la comunicación, tiempo de oración en comunidad que nos reconforta como equipos".

La organización recuerda que "el año 2020 ha sido un año duro por la pandemia de la COVID-19. En este sentido, Cáritas ha centrado la respuesta a la Covid en tres aspectos concretos:

– Mantener el apoyo a las familias con las que ya se estaba trabajando y cuya situación se ha agravado con esta crisis.

– Acompañar a las familias que acuden por primera vez a causa de la precariedad sobrevenida ante esta realidad.

– Adaptar la acción de voluntariado y personas contratadas a la nueva situación impuesta por el distanciamiento social para garantizar el acompañamiento a las personas que demandan el apoyo de Cáritas".

2020, con las consecuencias de la COVID-19 que han afectado a tantas familias, ha sido un reto y ha puesto a prueba la labor de Cáritas Interparroquial de Castellón. Destacan que "hemos redoblado esfuerzos y nos hemos reinventado, activando un “acompañamiento 2.0” multiplicando la escucha telefónica y las aplicaciones digitales de conexión, el apoyo escolar o las clases de español telemáticas, las transferencias económicas para sustituir ayudas en especie o la recepción on line de documentación. Todo ello ha generado un sobresfuerzo a todos los agentes que hemos seguido trabajando con esperanza e ilusión, tendiendo nuestra mano y enredándonos con las personas más desfavorecidas en un compromiso fuerte de transformación de la sociedad, siempre desde el amor al prójimo y en el estilo de compasión y fraternidad que nos enseña Jesús de Nazaret".