El Ayuntamiento de Almassora ha contratado el estudio geotécnico del IES Álvaro Falomir para que el departamento municipal de Urbanismo acabe el proyecto de ampliación y reforma del centro educativo. Según la previsión del equipo de gobierno, el proyecto estará listo este año y saldrá a contratación en enero para el inicio de las obras en el verano de 2022, tal como indicó la alcaldesa, Merche Galí, a la jefa del servicio de la Dirección Territorial de Castellón, María José Palmer, en la visita a las instalaciones.

En el encuentro participaron el director del instituto, Víctor Bagán, y técnicos municipales para valorar la disposición de la comunidad educativa mientras duren unos trabajos que permitirán renovar un edificio que celebra medio siglo de actividad en la primera semana de julio. La empresa Comaypa S.A., que ya llevó a cabo las catas para valorar la situación de la estructura del edificio actual, será la encargada de las mediciones en el solar anexo en cuanto finalicen las clases.

Cabe recordar que el edificio, perteneciente al movimiento moderno de estilo racionalista, está incluido en el catálogo de bienes inmuebles protegidos aprobado por el Consell en 2007. Así, la Unidad de Patrimonio Cultural de la Generalitat Valenciana ha autorizado su derribo tras realizar las catas pertinentes pero insta a replicar el bloque por uno nuevo que respete los volúmenes y materiales existentes. Los árboles existentes quedarán protegidos también en el nuevo complejo, que seguirá las líneas del diseñado en su día por Álvaro Falomir.

Tal como conoció Palmer en su visita al IES, la intención pasa por reducir al máximo las molestias a la comunidad educativa y comenzar las obras en esa parcela de 4.791 metros cuadrados que antes ocupaba el colegio Errando Vilar -ya desaparecido- y que se sumará a la superficie actual de 9.906 metros. La estructura de los futuros barracones junto a los campos de Boqueres está preparada para su instalación.

Al finalizar esa fase de obras, la totalidad del alumnado se trasladará a este recinto, complementado con aulas prefabricadas mientras duren las obras de la segunda fase en la parcela inicial. De esta forma, los operarios llevarán a cabo las obras sin tener que trasladar a todo el alumnado a aulas prefabricadas en otros recintos.

Tras las obras, el complejo educativo dispondrá de 24 aulas de ESO, ocho unidades de Bachillerato, dos para ciclos formativos, 10 aulas para desdoblamiento y refuerzo pedagógico, otro espacio para educación especial, dos aulas de música y tres de informática, talleres de educación plástica, tecnología, laboratorio de ciencias experimentales y de física y química, así como gimnasio, vestuarios, cafetería y una biblioteca de 144 metros cuadrados.