La familia Adell Boix cede a Albocàsser el Carro de la Malea

El Carro de la Malea, uno de los iconos de Albocàsser, será del pueblo

ctv-rw3-la-famlia-de-jeremas-adell-boix-cedeix-a-albocsser-el-carro-de-la-malea

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La familia de Jeremías Adell Boix lo ha cedido a Albocàsser. La localidad ha acogido un emotivo acto de recepción del carro. Todo el vecindario que se ha querido sumar, encabezado por la alcaldesa, Isabel Albalat Celades, se ha dirigido hasta el lugar en el que se guardaba para realizar la recepción oficial del emblemático carro.

A modo de recepción al carro se ha enganchado un tiro de caballos, con la colaboración de la Asociación de Caballistas de Albocàsser. Desde allí toda la comitiva, ataviada con blusa negra y sombrero, siguiendo la tradición de Sant Antoni, se ha dirigido hasta la plaza de la iglesia donde se ha realizado una foto de familia con la donación del carro.

Ahora el carro se guardará en el museo municipal y será sometido a algunas reparaciones para que esté listo y preparado para la celebración de Sant Antoni de 2024. Isabel Albalat, en nombre del pueblo, ha agradecido a la familia de Jeremías Adell Boix la donación y el hecho que haya cedido el carro cada año con motivo de Sant Antoni. La alcaldesa ha apuntado que “de este modo el carro será del pueblo y será una enseña de una de nuestras fiestas más arraigadas. Nunca estaremos lo suficientemente agradecidos a Jeremías, que de este modo ha demostrado su amor por Albocàsser y sus tradiciones sin pedir nada a cambio”.

Cabe recordar que, en Les Rossegades, los arrieros guían a los tiros de caballos y yeguas arrastrando un árbol en rama, una encina y el carro cargado de 'malea' hasta los topes. El momento de la subida del carro es el momento en el que se vive con más emoción e intensidad la fiesta de Sant Antoni. El carro asciende a toda velocidad por la calle Mayor ante la mirada de todos los que están apostados en los callejones, los balcones o la Plaza de la Iglesia. Los que miran a pie de calle se retiran en las puertas o callejones al paso de hombres, caballerías y carro. Mientras suenan las campanas anunciando el momento.