La vivienda se dispara… menos en Alicante: la capital registra un desplome

Alicante vuelve a situarse como una excepción dentro del mercado del alquiler en la Comunidad Valenciana. Mientras el precio medio del arrendamiento en la autonomía creció en noviembre un 8,10% interanual, hasta los 10,82 €/m², según el informe mensual de pisos.com, la ciudad de Alicante registró una de las caídas más acusadas de todo el país: –6,56%, siendo la novena bajada más intensa de España. 

A nivel provincial, Alicante también cerró noviembre a la baja, aunque de forma más moderada: un –0,06% mensual, la segunda mayor caída del país, en un contexto marcado por la tensión del mercado y una oferta insuficiente en la mayor parte de España.

El comportamiento de Alicante contrasta con el de Valencia y Castellón. Mientras Valencia capital subió un 2,97% y Castellón de la Plana lideró los incrementos con un 7,46%, Alicante fue la única gran ciudad valenciana que redujo precios, según el portal inmobiliario.

En el conjunto de la Comunidad, el alquiler alcanzó niveles muy elevados: Valencia se situó como la quinta capital más cara de España con un precio medio de 16,50 €/m². En cambio, Alicante se mantiene en valores más moderados y con tendencia a la estabilización.

Desde pisos.com, su director de Estudios, Ferran Font, advierte de que el alquiler en España vive “una tensión inédita” por la falta de oferta y por un mercado donde muchos propietarios se están trasladando hacia el alquiler turístico o temporal, modelos que consideran “menos rígidos” que el residencial tradicional.

Alicante, pese a ser uno de los principales polos turísticos del país, muestra un comportamiento diferenciado. Expertos del sector apuntan a que el ajuste podría estar relacionado con una mayor rotación de vivienda disponible, el equilibrio entre oferta y demanda en ciertas zonas urbanas y la presión creciente del alquiler turístico en municipios costeros, que desplaza parte de la demanda hacia localidades del interior.

Aun así, la situación sigue siendo compleja para los inquilinos: aunque el precio haya caído en Alicante capital, el acceso sigue siendo difícil por salarios ajustados, escasa oferta y condiciones más exigentes para poder alquilar.