Este domingo 26 de enero y bajo el lema “Con Jesús a Egipto, ¡en marcha!”, la Iglesia celebra la Jornada de la Infancia Misionera, día con el que se quiere hacer tomar conciencia y promover entre los más pequeños de las familias, colegios y parroquias acciones que ayuden a los niños a colaborar activamente en la cooperación y ayuda con la infancia necesitada de todos los rincones del mundo. Y es que, precisamente, lo que hace especial a esta Obra es que son los propios niños los principales actores y protagonistas que ayudan a otros más necesitados con su compromiso e implicación en este proyecto.

Gracias a la generosidad de los pequeños de todo el mundo -reunidos en el Fondo Universal de Solidaridad de la Obra de Infancia Misionera-, en 2019 se enviaron 15.589.363,63€, para sostener 2.864 proyectos de ayuda a la Infancia de los territorios de misión. La aportación de España, de este montante global, fue de 1.935.321,71€ y el número de proyectos asumidos por nuestro país, de 353.

En este sentido, gracias a la generosidad de los niños de la Diócesis de Orihuela-Alicante, se pudieron entregar a los responsables de la actividad misionera con niños y adolescentes un total de 34.907,50€. Las aportaciones de las diócesis de la Comunidad Valenciana ascendieron a un global de 275.718,57€.

Durante 175 años y sin hacer discriminación de razas, cultura o nación, los niños de la Infancia Misionera han prestado ayuda a millones de menores de todo el mundo. Sus ofrendas y recolectas se utilizan cada año para desarrollar miles de proyectos a favor la infancia más necesitada de toda la geografía mundial.

En la Diócesis de Orihuela- Alicante, desde el secretariado de Misiones, se llevan a cabo durante todo el año diversas actividades y acciones para colaborar y sobre todo concienciar y sensibilizar sobre la importancia de ayudar a aquellos niños que cada día se enfrentan a condiciones adversas por el lugar del mundo en el que han nacido. Los campamentos de Infancia Misionera, los “Sembradores de Estrellas” en Navidad, los rastrillos benéficos o las vigilias de oración son solo algún ejemplo de ello.