La justicia paraliza la ZAS del Casco Antiguo y reaviva el conflicto entre hosteleros y vecinos

El juzgado ha estimado las medidas cautelares solicitadas por los hosteleros y ha paralizado la aplicación de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) del Casco Antiguo de Alicante. La decisión judicial suspende las limitaciones de horarios, superficie y número de mesas y sillas mientras se resuelve el recurso principal. En la práctica, la situación se retrotrae al estado anterior a la ZAS, avivando de nuevo el conflicto entre empresarios y residentes.

Desde la asociación de locales de ocio ALROA, su presidente, Javier Galdeano, ha manifestado sentirse "satisfecho por ahora", aunque subraya que "esto es el principio". El objetivo final del recurso es anular por completo la ZAS, a la que se oponen frontalmente. "El fondo del asunto es la ZAS como instrumento urbanístico, con el cual estamos absolutamente en desacuerdo", ha declarado Galdeano.

El fondo del asunto es la ZAS como instrumento urbanístico, con el cual estamos absolutamente en desacuerdo"

Javier Galdeano

Presidente de ALROA

Galdeano asegura que siempre han estado abiertos al diálogo, pero lamenta que nadie les ha llamado "para tener esa conversación". Aunque se muestra escéptico sobre un cambio de actitud del Ayuntamiento, reitera su disposición a sentarse. Estima que el proceso judicial completo, incluyendo posibles recursos al TSJ, podría alargarse "unos dos años y medio".

Decepción y autocrítica vecinal

Para los vecinos, la noticia ha sido un jarro de agua fría. Joaquín Gangoso, presidente de la Asociación Vecinal de Laderas del Benacantil, ha afirmado que "poco ha durado el silencio". Considera la decisión "decepcionante" y hace autocrítica: "en algo hemos tenido que fallar para que la jueza no vea que hay un problema muy evidente".

No vamos a desistir, porque estamos hablando de poder descansar"

Joaquín Gangoso

Presidente AAVV Laderas del Benacantil

A pesar del revés, Gangoso advierte de que no se rendirán. "No vamos a desistir, porque estamos hablando de poder descansar", ha sentenciado. Subraya que es un problema que "afecta a nuestra salud, a nuestro día a día, a nuestros trabajos" y, por tanto, no pueden dejarlo de lado, aunque la resolución final tarde años en llegar.

El diálogo, en punto muerto

El posible diálogo también es un punto de fricción. Mientras Galdeano insiste en su voluntad de negociar, Gangoso lo pone en duda, recordando que antes de la ZAS, la postura de los hosteleros era que "la normativa es la que hay y que les permite abrir". El líder vecinal se pregunta: "¿De qué podemos hablar?".

El único punto de aparente acuerdo, el aumento de la vigilancia policial, también genera discrepancias. Galdeano lo ve como parte de la solución, pero denuncia que no se aplica. Gangoso, por su parte, duda de su efectividad. "¿Qué vamos a hacer? ¿Que la policía le diga que baje el tono de voz?", se cuestiona, concluyendo que ciertos negocios y el descanso son como "agua y aceite".