Calvet, dispuesto a reunirse con la alcaldesa Colau sobre el impacto medioambiental y turístico de los cruceros, “pero con datos sobre la mesa” y le recuerda que “el Port cumple con el pacto suscrito en el año 2018 con el Ayuntamiento”

El presidente del Port de Barcelona, Damià Calvet, ha anunciado que “en 2026 todos los cruceros que lleguen al Muelle Adosado deberán poder enchufarse”. Eso está previsto dentro de un plan piloto que se está desarrollando en la zona de contenedores y en la de ferris, con una inversión de 110 millones de euros, para descarbonizar la actividad portuaria y reducir a cero las emisiones en el Port. En declaraciones al programa Converses de Cope Catalunya i Andorra, Calvet ha explicado que se trata del proyecto Nexigen, “una red completa, inteligente, y flexible para poder electrificar los muelles y hacer que los barcos cuando lleguen se puedan enchufar”.

Sobre la limitación de cruceros que propone la alcaldesa Ada Colau, Calvet ha afirmado que está “abierto al diálogo con Colau pero con datos sobre de la mesa”. “El turismo de cruceros moviliza cerca de 9.000 puestos de trabajo directos e indirectos y factura casi mil millones de euros en Catalunya”. “El impacto económico para la ciudad es muy importante”, señala Calvet.

Aunque el presidente del Port reconoce que los cruceros pueden provocar efectos perjudiciales, como “cierta sensación de masificación de algunas zonas”, por lo que están dispuestos a escuchar las propuestas que les haga el Ayuntamiento. Sin embargo, Calvet desmiente otros efectos, como la alta contaminación, citando cifras de la agencia Barcelona Regional: “los cruceros generan menos de un 1% de las partículas que afectan la calidad del aire”, ha explicado. Además, Damià Calvet

recuerda a la alcaldesa Colau el acuerdo que firmaron con el Ayuntamiento y que cumplen desde enero del 2018. Es un acuerdo que limita “las terminales internacionales de cruceros hasta siete”, con el objetivo de ganar espacios para el uso ciudadano. Calvet califica ese pacto de “limitación de espacio para reducir las externalidades negativas” como “ejemplar”.

El presidente de Port de Barcelona también se ha referido a la repercusión de la Copa América de Vela en el 2024. Augura “una gran reputación para el sector náutico” con este evento “de primer orden mundial”. Durante 14 fines de semana habrá “un impacto continuado con las regatas”, pero subraya que el impacto llegará antes, ya que este otoño la ciudad ya acogerá “seis grandes equipos, que mueven mucho dinero y personas”.

En cuanto a la proyección cultural del Port, Calvet expone que “es muy sugerente que un puerto tenga usos culturales que reivindiquen la tradición marítima de la ciudad”. Lamenta la judicialización del proyecto del Museo Hermitage, pero celebra la apuesta por el Liceu Mar en el espacio del Imax, que empezará a tomar forma después de la celebración de la Copa América. “El Liceu necesita una segunda sede que aporte valor añadido, con jóvenes creadores, artistas extranjeros y nuevos formatos”, ha opinado.

Finalmente, ha recordado que el Port acoge 500 empresas y 37 mil trabajadores y ha avanzado que el rediseño de los accesos viarios y ferroviarios a las instalaciones “llega muy tarde, pero va bien”. Hay dos grupos de trabajo que empezarán las obras de infraestructura lo antes posible y se desarrollarán durante los próximos siete u ocho años. Calvet tasa el proyecto en 600 millones de euros