Los panaderos de Lleida quieren sacar adelante una campaña de apoyo al sector de la hostelería de Lleida, que, debido al obligado cierre raíz del estado de alarma decretado para combatir la crisis sanitaria por coronavirus, ha perdido el 100% de sus ingresos.

La campaña consiste en que una vez puedan reabrir sus locales, bares y restaurantes, los panaderos les facturarán solamente el 50% del pan que les suministren durante un periodo de tres meses. El objetivo es que puedan reemprender la su actividad con el mayor apoyo posible.

Con este gesto, el gremio señala que quiere hacer un llamamiento a otros sectores relacionados con la hostelería para que salgan adelante otras iniciativas de apoyo y así, ”entre todos, permitir que este sector tan castigado por la crisis del Covid-19 pueda disponer de algo más de liquidez en los primeros meses de apertura de sus establecimientos".

El gremio asegura que el colectivo de los panaderos artesanos de Lleida, a pesar de no ser uno de los sectores de obligado cierre, ha visto como su facturación ha disminuido alrededor de un 60% porque muchos consumidores han dejado de comprar bollería y tortas, y otros realizan la compra de consumo diario en los supermercados o grandes superficies.

Señala también que los panaderos aún pueden seguir prestando su servicio a la sociedad, pero no a la hostelería que, debido a la obligación de cerrar sus establecimientos, ha dejado de ingresar en su totalidad.  

Los panaderos apuntan que el sector de la hostelería tiene un gran impacto en la economía leridana teniendo en cuenta que en febrero tenía 10.500 trabajadores. Según sus datos, representa el 15% del PIB provincial, y en algunas comarcas como el Pallars o la Vall d'Aran, más del 85% y alcanza una facturación mensual de 150 millones de euros.