Un estudio de la Universidad de Girona sobre el acoso que sufren las personas que apoyan a víctimas de violencia machista, refleja que un 68% de los que han respondido la encuesta que se planteaba, han explicado que conocían situaciones de violencia machista o bien porque las habían visto o porque se lo habían explicado. Pero el 40% aseguró que no había actuado en estos casos por miedo a represalias. También hay otras razones, como no conocer en profundidad el tema o la vinculación familiar o de amistad con el agresor. Se trata de un estudio pionero porque es el primero a nivel internacional que ofrece datos cuantitativos sobre el acoso sexual de segundo orden, que es aquel que reciben las personas que dan apoyo a las víctimas de la violencia machista.

Este tipo de violencia de segundo orden se traduce a menudo en violencia psicológica o verbal y busca especialmente desprestigiar a quienes ayuda a la víctima. ¿Y quién la ejerce? En la mayoría de los casos se trata de la misma persona que ha cometido violencia de primer orden, violencia machista, como explicaba la investigadora de la UdG, Patricia Melgar, porque se busca también “intentar aislar la mujer a través de silenciar o inhibir cualquier apoyo que pueda recibir”.

Parte de estas víctimas de violencia de segundo orden son profesionales, sobre todo los abogados que representan a las víctimas de violencia machista, pero también familiares o personas anónimas que han actuado ante una agresión física que han presenciado en público.

Melgar ha explicado también que Cataluña ha sido "pionera" a nivel mundial en añadir la violencia de segundo orden como forma de violencia en su ordenamiento jurídico y ha pedido hacer difusión sobre el concepto de acoso de segundo orden porque es algo que ha ocurrido a muchas personas.