Los Mossos d'Esquadra han detenido a un hombre que conducía ebrio en el Baix Penedès, que se negó a realizar la segunda prueba de alcoholemia —tras cuadruplicar la tasa máxima permitida en la primera—, intentar huir y agredir a puñetazos un agente.

Una patrulla que realizaba un control de tráfico en la N-340 en El Vendrell recibió el aviso de un ciudadano que acababa de ver al conductor de un turismo consumiendo bebidas alcohólicas mientras conducía en Vilafranca del Penedès. Minutos más tarde, un agente fuera de servicio pudo detener el vehículo y constatar que el conductor, de 37 años y vecino de Creixell (Tarragona), mostraba síntomas evidentes de estar bebido.

La patrulla del control de la N-340 se desplazó al lugar indicado por el agente fuera de servicio y decidieron acompañar el vehículo hasta la salida de El Vendrell, ya que el punto donde estaba situado era en una vía rápida con mucho volumen de tráfico.

Una vez parado dentro de El Vendrell, los agentes le hiceron la primera prueba de alcoholemia y dio un resultado positivo de 0,99 mg / l, superando en casi cuatro veces la tasa permitida. A continuación, el detenido subió a su vehículo con el pretexto de esperar los diez minutos para volver a hacer la prueba de alcoholemia, pero lo aprovechó para poner en marcha el coche e intentar huir, acción que los Mossos pudieron impedir.

Seguidamente los agentes le pidieron que bajara del vehículo y fue cuando el arrestado los empezó a insultar e intentó propinarle un puñetazo a uno de los policias, aunque lo pudo esquivar. A continuación lo volvió a intentar agredir de nuevo y, esta vez sí, le golpeó en la cara.

Ante estos hechos los Mossos le detuvieron por la agresión al agente, por conducir bebido y por no someterse a la segunda prueba de alcoholemia. El detenido, de 37 años y nacionalidad boliviana, pasó ayer a disposición judicial ante el juzgado en funciones de guardia de El Vendrell y el juez decretó su libertad con cargos.