El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha decidido este viernes mantener el cierre de discotecas y salas de fiesta, pero a la vez permitirá abrir hasta más tarde a bares y restaurantes de las zonas con restricciones, que hasta ahora tenían que cerrar a la medianoche. Después de escuchar los argumentos de la Generalitat, el tribunal concluye que los locales de baile son de riesgo por la transmisión de la covid-19, pero no hay motivo concreto para limitar el horario de los establecimientos de restauración. La patronal del ocio nocturno Fecasarm ha lamentado la primera decisión y ha pedido a la Generalitat que haga un plan sectorial del Procicat para poder reabrir y que se planteen medidas económicas de compensación.

Según la interlocutoria de la sección segunda de la sala contenciosa-administrativa, se mantiene el cierre de discotecas, salas de baile y salas de fiesta con espectáculos en toda Cataluña porque cerrarlas solo en los lugares con restricciones podría generar movimientos de población hacia los locales abiertos. En cambio, considera que obligar a bares, restaurantes, terrazas y bares musicales a cerrar antes de las 12 de la noche en los municipios con restricciones del área de Barcelona, Alt Empordà, Segrià y Noguera no está bastante justificado, porque la ampliación horaria no incrementaría el riesgo, y se pueden tomar medidas para evitarlo. El tribunal también permitirá abrir hasta más tarde, en todo Cataluña, los salones de juego, casinos y bingos por el mismo motivo.

Para tomar la decisión, el TSJC se ha basado en el informe de la Agencia de Salud Pública aportado por la Generalitat, que indica que la media de edad de los positivos detectados ha bajado notablemente en julio respecto a marzo, cosa que se atribuye sobre todo al ocio nocturno.

Según la Fecasarm, "con esta decisión se acaban las esperanzas del sector de las discotecas de poder sobrevivir y será el sector con un índice más alto de destrucción de puestos de trabajo dado que, según los cálculos, este cierre indiscriminado de todos los locales en Cataluña en temporada alta provocará que solo un 30% de las discotecas catalanas puedan sobrevivir a la crisis económica y puedan llegar vivas a final de año, y gran parte de las que lleguen será gracias a disponer de doble licencia".

En palabras de David López, presidente de la Fecasarm, acatan pero no comparten la decisión judicial de mantener todas las discotecas de Cataluña cerradas, puesto que "con esta decisión indiscriminada se aboca al sector a la ruina más absoluta y hay que tener en cuenta que viven más de 40.000 personas". "Hagamos un llamamiento a la administración y en especial al Procicat para que apruebe cuando antes el plan sectorial y de este modo se pueda flexibilizar esta medida restrictiva absoluta, cumpliendo las medidas sanitarias que se impongan".

En palabras de Joaquim Boadas, secretario general y ninguno de los servicios jurídicos de la Fecasarm, "la resolución judicial dictada hoy convierte el sector de las discotecas catalanas en el sector más perjudicado económicamente de esta crisis sanitaria". "Esperamos que la administración mueva ficha cuando antes mejor y apruebe el plan sectorial a través del Procicat o bien un plan de rescate por el sector, puesto que hay muchas familias que dependen".

Por su parte, el secretario general y portavoz Jurídico de Fecalon, Fernando Martínez, incide que los 'botellones' y las fiestas ilegales no cumplen ninguna de las medidas incluidas en el protocolo presentado por esta federación, la Asociación de Salas de Conciertos y el Gremio de Discotecas, y por el contrario, siguen sin ser "reprimidas" por las administración competentes, tanto municipales como de la Generalitat.

Fecalon discrepa de la argumentación planteada por el Departamento de Salud cuando se refieren a "brotes asociados a locales de ocio (bares, discotecas y restaurantes), si bien son únicamente un 6% del total de brotes notificados, incluyen el 21% del total des casos asociados a brotes". Desde el sector del ocio nocturno legal, se lamenta que se haya sembrado de nuevo un clima de desconfianza sobre su actividad al establecerlo como causa principal de los rebrotes.