Desde el confinamiento por la pandemia del coronavirus, el medio para dar continuidad al ámbito laboral ha sido el teletrabajo. Para algunas personas este formato les ha permitido una mejor comodidad, pero para otros ha significado una necesidad. La dualidad entre la vida privada y la profesional se ha puesto en causa para definir si es una herramienta beneficiosa o no, si da más flexibilidad o es una irrupción del tiempo dedicado a la vida privada, si provoca más ahorros o más gastos.

En España, más de tres millones de ocupados han tenido que adaptarse al formato de teletrabajo para poder continuar con sus jornadas laborales, según muestran los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra de teletrabajadores ha tenido un aumento del triple con respecto al año anterior, sobre todo en las comunidades de Catalunya, la cual ocupa la segunda posición con un 18,5%, por detrás de Madrid con 27%.

El traslado de la vida laboral al hogar ha surgido para que la población pueda continuar desempeñando sus respectivos empleos. Sobre todo para personas con empleos principalmente administrativos, el teletrabajo ha significado una mayor comodidad por “trabajar en pijama, optimizar mejor el tiempo, alimentación casera”, aspectos que Maria, residente de Barcelona, considera lo “mejor de la pandemia”.

Según Maria, quien teletrabaja desde marzo de 2020, forma parte del grupo privilegiado porque labora en el área administrativay no necesita “muchas herramientas además de un ordenador”. Los empleados de este ámbito necesitan como mucho un portátil, que en algunos casos las empresas pueden llegar a aportar. El 76% de los profesionales españoles consideran que disponen de todo lo necesario para teletrabajar y el 65% opinan que las empresas les han apoyado anímicamente durante la pandemia, según los datos de RandStad.

Por esta razón, el teletrabajo puede considerarse un método escogido por este colectivo sobre todo cuando existen pocas distracciones y disponen de un espacio determinado, ya que involucra una organización tanto laboral como personal yun ámbito externo podría no considerarse la mejor opción. En el caso de Pablo, residente de Barcelona, comenta que tiene una familia numerosa y su desenvolvimiento en el teletrabajo “es extremadamente agobiante” e inclusive asegura que en el confinamiento “solía sacar al perro” para despejar su mente.

El sistema de teletrabajo no solo puede perjudicar la vida privada, sino también el propio empleo. En el caso de trabajadores del ámbito educativo este método suele ser poco recibido por dificultar la enseñanza. Una profesora de la Universidad Pompeu Fabra comenta que desde inicios de la pandemia utiliza el formato virtual y no lo considera lo más ideal por la “pérdida de interacción entre los estudiantes”.

MÁS AHORROS O MÁS GASTOS

Durante este periodo, los teletrabajadores han tenido menos sociabilidad e interacción entre los ciudadanos y han dedicado una mayor atención en el hogar. La pérdida de salidas y de realización de actividades en algunos casos han derivado al ahorro.

El ahorro ha tenido un aumento significativo principalmente en el segundo trimestre del 2020 cuando los hogares españoles ahorraron casi el 21% de su renta básica, tras un 17% en el primer trimestre; cifras superiores del 13% de finales de 2019, según el último Boletín Económico del Banco de España, basado en la renta y el ahorro de los hogares en la zona del euro en la pandemia.

Según estos mismos datos, el descenso continuó notándose durante el tercer trimestre, sobre todo en los gastos en servicios los cuales se mantuvieron por debajo de los valores previos a la crisis, con una caída de casi el 8% con respecto al mismo trimestre del año anterior.

Sin embargo, los gastos pudieron incrementarse por suministros o cuidados del hogar. Los servicios de luz, agua o gas son los que principalmente pueden verse elevados para los teletrabajadores debido al tiempo que permanecen en los hogares. En el caso de Clara Aceña, quien teletrabaja en una empresa de Barcelona en el departamento de Marketing, “la electricidad y el gasto general” del hogar le ha aumentado “mucho”, pero argumenta que existe un balance debido a que ha ahorrado en otras actividades, como en el transporte o el “hacer el café”.

UN FUTURO MEJOR CON EL TELETRABAJO

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Ahora con el comienzo de la administración de la vacuna de la covid-19 la población está a punto de iniciar la vuelta a la ‘normalidad’. El teletrabajo ya no será una opción y volverán los días en la oficina. Sin embargo, un 63% de los trabajadores en España esperan que este método telemático continúe siendo una herramienta habitual de trabajo, combinado u opcional, una vez haya terminado la pandemia, según destaca un informe de RandStad, sobre las perspectivas y previsiones que sobre el mercado laboral tienen los trabajadores en la pandemia.

Los datos de RandStad han revelado que los españoles son un grupo poblacional que prefiere el uso del teletrabajo a comparación de otros países del entorno, como Portugal, Alemania o Italia. La experiencia del trabajo en un formato telemático ha provocado, principalmente para el sector administrativo, una mejor facilidad para trabajar, pero ha dejado de lado el ambiente laboral que permite una mejor relación y entendimiento con la plantilla. “Lo ideal es un equilibrio entre el trabajo a distancia y presencial de tal manera de aprovechar los beneficios de ambas vías de trabajo”, ha afirmado una responsable del departamento de Relaciones Laborales de una empresa en Barcelona.

El aumento del teletrabajo ha provocado que las empresas y empleados españoles comprobarán los beneficios que este significa: más conciliación familiar, ahorros en actividades en el exterior, una mejor organización, y otros. Por esta razón, “este modelo va a continuar implantándose de manera masiva en todos los sectores en los que los tipos de puestos de trabajo lo permiten”, según Raquel Larena, directora general de talento, cultura, marca y producto de RandStad.