Los sindicatos educativos que han convocado la huelga de este miércoles han asegurado que buscan mantener "el pulso y la presión al Departamento de Educación" para conseguir mejoras laborales y negociación.

Lo ha dicho la portavoz de Ustec·Stes, Iolanda Segura, antes de empezar la manifestación en Barcelona, asegurando que quizá el paro no tenga mucho seguimiento por estar a final de trimestre pero que "sí hay mucho movimiento e indignación", y ha citado la carta de queja que centenares de directores han enviado a la Conselleria, criticando también los --textualmente-- mensajes de coacción con los que responde el departamento.

Desde CC.OO., Teresa Esperabé se ha mostrado "extrañada" de que la Conselleria no haya convocado el comité de huelga o la mediación con los sindicatos, y se ha preguntado si es que quieren seguir con las huelgas pese al impacto que tienen en la educación.

Por parte de Intersindical-CSC, Bernat Pèlach ha afirmado que la situación de "agotamiento real" que llevó a las huelgas de marzo no se ha solucionado, y ha apuntado que el próximo curso empezará igual o peor a nivel de cansancio dd la plantilla y presión de los sindicatos.

Xavier Massó, de Aspepc·Sps, ha afeado al departamento que no haya tenido ninguna intención de negociar y lance brindis al sol, y ha criticado su "deriva autoritaria".

En nombre de UGT, Lorena Martínez ha dado por hecho que los docentes extra contratados por la Covid no seguirán el próximo curso, y ha asegurado que hay equipos directivos que convocan a trabajar en julio: "Si esto no es ir en contra de las condiciones laborales, tenemos un grave problema".

Miquel González de CGT ha sostenido que el conseller Josep Gonzàlez-Cambray tiene un "grave conflicto abierto" con la plantilla por su precariedad y falta de estabilidad.

Por último, desde Usoc, Carles Viñallonga ha afirmado que pese al perjuicio económico de los trabajadores en huelga, "la dignidad debe ser superior a esto y el desgaste va hacia el otro lado, al departamento".