En la Sala Penal número 2 de la Audiencia de Lleida, empieza un juicio que puede derivar en un cambio en las condenas a los conductores imprudentes. La acusación particular, representada en los padres de la víctima, solicita 15 años de cárcel como autor de un delito de homicidio doloso. Mientras Fiscalía pide 4 años de prisión, que es lo habitual en este tipo de juicios.

Hoy se cumplen 4 años, de un accidente que mató a Marta, una joven de 27 años vecina de Les Borges Blanques que viajaba hacía Lleida por la N-240 donde había quedado con unas amigas. Ella viajaba correctamente, cuando fue embestida frontalmente por un coche que circulaba en dirección contraria. "Iba con las luces apagadas, a gran velocidad realizó un adelantamiento temerario. Mi hija no tuvo ninguna posibilidad de salvarse, es un terrorista de la carretera", enumera Carlos Soria, el padre de la víctima. La familia de Marta intuye que el conductor estaba en una carrera por la N- 240 y que su hija fue la víctima. El coche de Marta cayo en un canal de riego y ninguno de los dos coches próximos en la colisión aviso a la policía del accidente. Esta retahíla de imprudencias en este choque y el trabajo la familía de Marta en estos duros 4 años, convirtieron a este accidente como ejemplo para la reforma del Código Penal. "Mi hija ha sido víctima de un asesinato", repite una y otra vez Carlos Soria, que quiere justicia.

El conductor Sorin Ionut, vecino de Lleida y de origen rumano, se sienta hoy en el banquillo de los acusados. Después de una instrucción judicial complicada; el joven se marchó de Lleida según él para ir a Rumania a buscar documentación y cuando volvió fue detenido. Ingresó en la cárcel unos meses y salió tras pagar la fianza. La familia de Marta pide 15 años, Fiscalía en sus conclusiones provisiones 4. El juez decidirá en un caso que puede endurecer las penas por conducción temeraria con resultado de muerte.