Con esta exposición, el museo quiere "sensibilizar a la ciudadanía sobre el papel esencial de los polinizadores, en especial de las abejas silvestres" para preservar la biodiversidad y el equilibrio ecológico de la Tierra.
La instalación recrea la vida natural de las abejas y su relación con las flores, y repasa las principales causas que las amenazan: el uso de plaguicidas, la fragmentación y pérdida del hábitat, la contaminación y el cambio climático.
A continuación, se proponen recomendaciones que "cualquier persona puede adoptar para cambiar esta situación, como ejercer un consumo responsable" y poner plantas aromáticas en el balcón, entre otras, e iniciativas promovidas por las administraciones públicas con este fin.
El recorrido termina en el Jardín de los Insectos, en el exterior del museo: incluye un hotel de abejas, una espiral de plantas aromáticas y un grupo de árboles frutales donde los visitantes podrán observar todo lo relatado sobre los polinizadores a lo largo de la exposición.