El portavoz de Cs en el Parlament, Nacho Martín Blanco, ha exigido la dimisión del secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, por "poner en la picota" a la Policía Nacional y la Guardia Civil con sus declaraciones sobre la vacunación de Covid-19 a estos cuerpos, que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha ordenado retomar con el objetivo de alcanzar en diez días la misma proporción de dosis administradas que en los Mossos d'Esquadra.

"Al señor Argimon lo único que se le ocurre decir es que, si tienen que hacer eso, lo que deberán hacer es retrasar la vacunación de personas de 60 y 70 años. Es de una irresponsabilidad manifiesta, es generar un clima de crispación", ha lamentado este miércoles en una entrevista en La2.

Ha considerado "curioso" que los motivos técnicos a los que aludió la Generalitat para pausar la vacunación afectaran solo a los policías nacionales y guardia civiles, según Martín Blanco, y ha añadido que, en caso de que Argimon no dimita, Cs reclama su cese.

Además, ve un posible delito de odio en que el líder de Junts, Carles Puigdemont, dijera que vacunaran a estos agentes "pasando por delante de personas indefensas y pacíficas a las que golpearon de forma salvaje" el 1-O, y ha dicho que Cs estudia presentar una denuncia.

REUNIÓN EN LLEDONERS Y CAM

Tras la reunión del martes entre ERC y Junts en la cárcel de Lledoners para avanzar en las negociaciones de investidura, Martín Blanco ha lamentado que los independentistas "vuelven a la mitología de las cárceles y de lo que llaman exilio", lo que según él impide pasar página.

Por otro lado, ha apelado a la transacción y al diálogo, algo que considera que representa el candidato de Cs a la comunidad de Madrid, Edmundo Bal, y ha defendido el espíritu de la Transición y el pluralismo político: "A mí oír que el PSOE dice que aquellos que defienden el golpe del 36 ya están en las instituciones me parece un auténtico disparate".

Ha condenado los envíos de cartas con proyectiles que han recibido candidatos, ministros y cargos públicos, y ha defendido rechazar amenazas a cualquier político "por higiene democrática" y sin tapujos, en sus palabras.

Preguntado por la posición de Vox al respecto, ha afirmado que existe una "frivolización" al hablar de las amenazas a los adversarios políticos, lo que considera que ha llevado a una división que le preocupa porque remonta a los peores momentos de la historia de España, ha dicho.