El Hospital del Mar de Barcelona ha puesto en marcha una prueba piloto para evaluar"la idoneidad y los beneficios" de hacer marcha nórdica en personas que han superado el Covid-19 pero que todavía arrastran secuelas físicas y psicológicas y, de momento, está dirigida a profesionales sanitarios.

Quieren comprobar si puede ser una herramienta útil para abordar problemas que sufren algunos pacientes que han superado la enfermedad como fatiga o astenia crónica, que pueden empeorar ante la falta de estímulos y de ejercicio.

De los profesionales del hospital y del resto de centros del Parc de Salut Mar a quienes se les ha detectado fatiga crónica, dolor osteomuscular y problemas anímicos, pero no otras secuelas que no hagan aconsejable hacer ejercicio físico se han seleccionado dos grupos de diez personas para llevar a cabo esta prueba piloto.

Los participantes harán una sesión de 90 minutos de marcha nórdica dirigida a la semana durante dos meses con el objetivo de "formarlos en esta actividad y animarlos a practicarla de forma regular" para disminuir la fatiga, normalizar su vida, reducir el dolor y mejorar su estado de ánimo.

La elección de grupos de trabajo reducidos se ha hecho para facilitar que el instructor pueda hacer un seguimiento personalizado y adaptar las rutinas a su estado físico y, en caso que la evaluación "valide la idoneidad de la propuesta", se estudiará su extensión al resto de profesionales y pacientes del centro con el mismo perfil.