Las autoridades han explicado en un comunicado este miércoles que diecisiete años después, han podido identificar al presunto homicida de un hombre que murió en Castelldefels en 2004. La víctima murió arroyada por su propio coche, que había sido robado momentos antes.
Los hechos ocurrieron el 21 de septiembre de 2004, cuando la víctima dejó aparcado su coche con las llaves puestas delante del quiosco donde iba a comprar el periódico, situación que el presunto autor trató de aprovechar para robarle coche. Inmediatamente después, la víctima trató de evitarlo, primero intentando entrar en el coche por la puerta del acompañante, y después subiéndose en el capó del mismo. El presunto ladrón arrancó y empezó a hacer "maniobras evasivas", con lo que la víctima cayó al suelo y murió por las lesiones que le produjo la caída.
A la mañana siguiente el coche apareció quemado en el mismo municipio. Los Mossos consiguieron identificar al autor del fuego, que declaró haber incendiado el coche por encargo de un desconocido y a cambio de droga, por lo que solo se le juzgó y condenó por los daños causados al vehículo.
Tras la reapertura de caso, motivada por una nueva hipótesis de las hijas de la víctima, que alegaban una "posible venganza por motivos laborales", los Mossos se centraron en investigar al autor del incendio del coche y su entorno y, aunque la teoría quedó descartada, descubrieron que el presunto homicida era un hombre que había fallecido en la cárcel en 2016.
El 13 de septiembre los agentes citaron de nuevo al condenado por haber quemado el coche, quien les confirmó que el sospechoso era el autor y aseguro que él mismo le había confesado el crimen.
El caso quedará archivado definitivamente ante la extinción de la responsabilidad penal por la muerte del presunto autor.