Los conductores que cojan el coche por autopista este 1 de setiembre a las 0:00 ya no tendrán que pagar. Abertis dejará de ser titular de las concesiones en cuatro autopistas muy concurridas en toda Cataluña: La AP-7 desde Vilaseca a la Jonquera, la C-32 norte y la C-33 entre Barcelona y Montmeló y la AP-2 desde Zaragoza al Penedés. Esto significa que habrá 556 quilómetros de autopista gratuita.

Asimismo, queda algunas incógnitas encima de la mesa. Se prevé que el tráfico de vehículos en las vías de alta capacidad se incremente, una situación que, en algunos casos, se acercaría a la saturación.

Pimec alerta que la eliminación de los peajes supondrá el colapso de la AP-7, una vía que ya estaba "muy concurrida" durante los últimos años. Los expertos también apuntan a un posible aumento de la contaminación -más vehículos significa más emisiones-, pero también reconocen que tendrán que ver si la reducción de las colas se traduce en otras mejoras. A todo ello, consideran "urgente" definir un modelo para financiar el mantenimiento de las vías.

El fin de los peajes también conlleva beneficios, sobre todo para los conductores que no tendrán que hacer frente al coste de lo que supone desplazarse por las vías de alta capacidad. Además, se reducirán las colas en los peajes. También, mejorará la seguridad viaria, puesto que gran parte de los accidentes se producen en vías secundarias y el hecho de que ahora se produzca un traspaso de circulación también implica una descongestión en las carreteras locales.

Peajes que se quedan

Aunque gran parte de las autopistas queden libres, habrá tramos en los que los conductores todavía tendrán que pagar para que se levante la barrera. Estas carreteras son la C-32 en su tramo sur, la C-16, la autopista de Terrassa-Manresa y el túnel del Cadí.