Los peores augurios se han confirmado. A pesar que era una posibilidad cada vez más real, nadie en la plantilla se lo quería creer. Por esto el anuncio oficial del cierre de las plantas de Nissan en Barcelona ha caído como una bomba entre los trabajadores afectados. Son miles, casi 23.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos, que el 20 de diciembre se quedan en la calle. La indignación y tristeza marcan esta mañana los alrededores en Zona Franca y Montcada, con concentraciones de trabajadores. Nissan llego hace 4 décadas en Barcelona con 5 plantas de producción. La compañía japonesa desembarcó en 1980, en la planta de Motor Ibérica que tenía en Zona Franca. Con el paso de los años asumió todo el control y creció con ayudas de las Administraciones. Ahora 40 años después se marcha, en los se podría definir como una tormenta perfecta, graves problemas en la dirección, recorte mundial de 20.000 trabajadores y la puntilla del coronavirus. La unión de todos los factores condena a Barcelona

El gran malestar deriva en las primeras acciones, como cortes de carretera y quema de neumáticos. Javier Aladid, miembro del Comité de Empresa anuncia el futuro" empieza una nueva etapa, veis ese humo negro al fondo es el inicio de la guerra", clamo megáfono en mano Aladid, transmitiendo las sensaciones de los trabajadores en la planta de Montcada. En esta planta se han reunido cerca de 300 trabajadores que cortan la C- 17.

En Zona Franca, se concentran 1.000 personas, que ahora están cortando la Ronda Litoral, con muchos nervios en la plantilla que teme un paro cercano. El Presidente del Comité de Empresa, Juan Carlos Vicente pide ayuda a las administraciones para garantizar un futuro y la viabilidad de la planta. Esta tarde se reunirán con la Generalitat. Mientras Ramón Moreno criticaba " nos no han dejado ni el derecho a la replica. Estamos indignados, han preferido salvar a la planta inglesa. Es vergonzoso"

Los trabajadores anuncian sin concretar todavía cuales, movilizaciones diarias y está estudio ir mañana a los concesionarios de Nissan en Barcelona para protestar ante sus puertas.