El impacto económico de la pandemia de coronavirus tendrá una mayor incidencia en Girona y Tarragonaque en Barcelona y en las comarcas centrales, según ha explicado este miércoles en rueda de prensa el catedrático de Economía Joan Oliver.

En la presentación telemática del Anuario Económico Comarcal de 2019 de BBVA, Oliver ha indicado que los datos que se van conociendo sugieren que la afiliación a la Seguridad Social caerá un 4% en las comarca de Girona, y un 5% en el Camp de Tarragona, mientras que la media catalana será del 3%. El catedrático cree que el área metropolitana de Barcelona "parece estar aguantando bien", así como las comarcas centrales de Catalunya que su comportamiento económico está bastante ligado a la capital, mientras que las Terres de L'Ebre no registrarán una caída tan acusada como la del Camp de Tarragona en parte porque ya arrastraba un comportamiento discreto en años anteriores.

Oliver sostiene que pese a que el coronavirus lo ha puesto de manifesto, parte del impacto económico ya se venía produciendo desde antes de la pandemia. Es el caso de la actividad comercial, que si desde 2014 ya tenía "un reto formidable" ante la aparición de plataformas gigantes de comercio electrónico, con la crisis deberá redefinir su papel para adaptarse al cambio tecnológico. En este sentido, Oliver ha afirmado que "la pandemia dejará heridas en el sector comercial. Los ERTE pueden contenerlas pero el problema del comercio es previo y será posterior a la pandemia".

En la misma línea, el director territorial de BBVA en Catalunya, José Ballester, quien se ha referido al anuario de actividad económica de las comarcas en 2019, sostiene que los signos de la "ralentización" de la economía catalana eran evidentes desde antes de la pandemia. Esta tendencia decreciente, ha señalado, se debía a la desaceleración de la demanda interna, que solo ha sido "compensada en parte" por una ligera mejora en la aportación del saldo exterior.

Por otro lado, Oliver ha reconocido que "es difícil saber que pasará con las vacunas" respecto a cómo influirá su llegada en las zonas más turísticas de Catalunya porque falta por ver lo rápido que podrán distribuirse y la voluntad de viajar a España de otros países. Asimismo, ha señalado que la economía catalana podría estar volviendo al periodo entre 2013 y 2017 en el que hubo un "binomio industria-servicios vinculados a la industria" que transformó el tejido productivo respecto a la década de 2000.