El teniente de alcalde en Seguridad y Prevención del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, ha hecho un balance positivo de la actividad nocturna que ha habido en la ciudad durante los meses de verano y ha reconocido que “ha habido problemas pero no incidentes especialmente graves”.

En total, se han desalojado un total de 271.000 personas de unos 2.080 espacios diferentes de la ciudad. El perfil de los asistentes en los botellones masivos es de “jóvenes, no asociados a ninguna ideología, de Barcelona y de fuera y con ganas de pasarlo bien”, según ha explicado el intendente mayor de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez.

El intendente ha explicado que se han puesto a lo largo del verano 7.612 sanciones relativas a comportamientos incívicos y consumo de alcohol y 3.088 denuncias en el ámbito sanitario, es decir, por no seguir las medidas de prevención del Covid-19, como el uso de la mascarilla.

Aún con todas estas sanciones, desde el Ayuntamiento hacen un balance positivo de la actividad nocturna y Albert Batlle ha asegurado que “la ciudad ha hecho las cosas bien, la ciudadanía se ha comportado y los servicios públicos también”.

No obstante, el intendente mayor Pedro Velázquez ha reconocido que "el hecho de que no haya alternativas claras de ocio nocturno nos ha complicado mucho el trabajo”. En este sentido, Batlle ha añadido que espera que el ocio nocturno pueda abrir pronto porque “necesitamos espacios de descompresión y el sector ha trabajado mucho para ser seguro”.

Con las fiestas de la Mercè a la vuelta de la esquina, desde el Ayuntamiento y la Guardia Urbana están ultimando los detalles del protocolo policial. El teniente de alcalde en Seguridad y Prevención ha hecho hincapié en el control de aforo en las actividades, y ha recordado que los tradicionales conciertos masivos se han descartado este año.

El intendente Velázquez ha explicado que están trabajando en unos 20 espacios, los más susceptibles de acoger grandes concentraciones, para determinar cuál es el mejor protocolo: “estamos valorando si es necesario que haya espacios con un doble control, uno cercano al lugar y otro en el entorno de influencia”.

Con estos protocolos esperan evitar imágenes como las que se vieron en las fiestas mayores de Gràcia y Sants, en las que las concentraciones de personas consumiendo alcohol sin respetar las medidas de seguridad fueron protagonistas.