La Generalitat ha publicado una nueva 'Guía para el respeto a la diversidad de creencias en el ámbito de los servicios policiales' con el objetivo de reunir toda la normativa, los principios de actuación y las recomendaciones para los cuerpos de seguridad en relación al ejercicio de la libertad religiosa.

El documento, del que se distribuirán 500 ejemplares en las comisarías de Mossos d'Esquadra, es una iniciativa de la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Conselleria de Justicia, y de la Dirección General de la Policía (DGP).

El texto es una actualización del documento 'Guía para el conocimiento de la diversidad religiosa dirigida a los servicios policiales de Catalunya', editado en 2006, pero también supone "una renovación del compromiso de la DGP con la sociedad a la que sirve", según han indicado sus impulsores.

ADAPTARSE A UNA "SOCIEDAD CAMBIANTE"

La guía tiene un carácter "eminentemente práctico" y se estructura en cuatro partes: el marco jurídico, los principios de actuación, las recomendaciones y las buenas prácticas; y se completa con unos anexos que recogen las referencias legales, información sobre las confesiones religiosas establecidas en Catalunya y otros recursos útiles.

Su publicación responde, según la Conselleria de Justicia, a la necesidad de ofrecer criterios y pautas de actuación a los miembros de los cuerpos policiales para que puedan llevar a cabo "un servicio público de calidad, respetuoso con las libertades ciudadanas y adaptado a una sociedad cambiante desde el punto de vista religioso".

"La creciente diversidad de prácticas y creencias religiosas requiere un conocimiento preciso de la normativa y de la realidad social para no incurrir en discriminación", han añadido los impulsores del texto, que parte de la concepción de la libertad de creencias como un derecho fundamental, tal como recogen todas las declaraciones y convenciones de derechos humanos.

RESPETO Y BUENAS PRÁCTICAS

Entre las prácticas que hay que respetar, la guía menciona las relativas a la indumentaria y los signos religiosos, así como al trato personal y se estipula que "es especialmente relevante fijarse en las convenciones respecto del hecho de cubrirse o descubrirse la cabeza, descalzarse, las formas de saludo y los tratamientos protocolarios".

También tiene en cuenta diversas situaciones, como las actuaciones en espacios de culto o los procesos de detención, y remarca que los ciudadanos privados de libertad conservan el derecho de libertad religiosa, "por lo que se recomienda no impedir la oración o el acceso a libros u objetos sagrados", a menos que haya motivos de fuerza mayor que lo desaconsejen.

La guía recoge una relación de buenas prácticas de ámbito mundial, con ejemplos de iniciativas de los mismos Mossos, la Australia New Zealand Policing Advisory Agency o la Universidad de Cambridge; y se centra en la necesidad de que los cuerpos policiales estén integrados por personal "de los diversos colectivos presentes en la sociedad".