El jurado popular ha declarado por unanimidad culpable de asesinato al instalador de fibra óptica acusado de matar a una funcionaria de Educación de 61 años en su casa. Los hechos tuvieron lugar en Lleida el 17 de febrero de 2017. 

En el juicio, el instalador defendía que no llegó a entrar en la casa de la mujer el día de la muerte, puesto que ella no le abrió la puerta. El hombre se presentó allí porque habían quedado para que le instalase el wifi y dice que cuando estaba esperando en el rellano a que le abriera, escuchó un fuerte golpe. 

Por su parte, el jefe de la investigación de los Mossos d'Esquadra, aseguró que encontró ADN del hombre en la ropa de la víctima y añadió que, en algunas manchas del pantalón de ella se encontró "material genético atribuible al acusado". Además, también mostró fotografías de la mujer con heridas en el cuello.

Tras conocerse el fin del juicio, la Fiscalía pide 21 años de cárcel para el asesino, la acusación particular 22 años y seis meses, y la defensa 15.