Lugares donde todo el mundo se conoce. Se comparten alegrías y sinsabores, rivalidades y diferencias propias de municipios pequeños, pero donde impera un sentido de la colectividad superior a las grandes ciudades, más anónimas y distanciadas socialmente. Y el virus se ha cebado en distintas poblaciones pequeñas de Cataluña, provocando un desgarro emocional en estas localidades.

Linyola (2600 habitantes) es un paradigma de las decenas de localidades pequeñas atacadas por el virus. Localidad agrícola, se encuentra a 30 kilómetros de Lleida y solo a 7 de Mollerussa, su capital comarcal. A mediados de diciembre, el virus explotó, más de 200 positivos - el 20% de la población- y el municipio confinado y cerrado. Nadie se explicó el por qué en Linyola aunque se reconoció un cierto descuido en las medidas de seguridad aplicable a otras localidades, pero la transmisión del virus fue rapidísima y se extendió por todo el pueblo donde todo el mundo se conoce "ibas a comprar el pan y preguntabas como estaba este o aquel. Todos sabíamos como evolucionaban los enfermos" reconoce Didac, vecino de la localidad. Llegaron las hospitalizaciones a decenas de habitantes de Linyola y las defunciones por Covid- 19.

Hoy se registran 9 muertos de vecinos de Linyola a causa del brote de diciembre, es decir el 0,3% del total de la población, muertas por la misma enfermedad y en pocos días y "todos sabemos quienes son y esto aumenta el pesar. Nos conocemos todos, sufrimos por las familias afectadas" asegura Didac quien reconoce la "tristeza acumulada" en la población. Hoy la incidencia del virus ha bajado, pero sigue sin erradicarse en Linyola. Así en la incidencia a 14 días, se han registrado 16 positivos, que disminuyen a 11 casos en la última semana.

La cercanía de la tragedia y la tensión acumulada, impulsan al Ayuntamiento de la localidad a activar, en colaboración con el Colegio de Psicólogos de Lleida, un programa de ayuda voluntaria para todos los vecinos que la reclamen. Reaccionar colectivamente a una pandemia no es fácil, deja heridas y el coronavirus se ha cebado en poblaciones, como es el caso de Linyola, que quieren pasar página y seguir adelante.