El municipio de Riner ha recibido un enjambre de 20.000 abejas procedentes de Viladecans, bajo la atenta mirada de un centenar de estudiantes de ambas localidades que les hacen de padrinos. Han trasladado a los insectos en el marco de un proyecto divulgativo que tiene el objetivo de salvar a las abejas y tomar conciencia de su papel esencial para la biodiversidad. El transporte se ha realizado en furgoneta con la ayuda del apicultor y presidente de los Amigos de las Abejas, Joan Maria Llorens, quien asegura que "Las abejas son una de las especies más importantes del mundo, están en el primer escalón de la biodiversidad y sin ellas no habría vida".

Las abejas están en peligro. Por este motivo, las comunidades de Riner y Viladecans han unido fuerzas para concienciar a la población de su importancia. La función del proyecto Redicat, nacido antes de la pandemia, es recuperar enjambres que están en lugares inadecuados. Por eso, hace un tiempo se pusieron unas cajas nido con un señuelo en Viladecans para atraer al máximo de ejemplares posible. Ahora se ha reanudado el trabajo de campo con el traslado del primer enjambre rescatado. Las más de 20.000 abejas apadrinadas por los niños vivirán a partir de ahora en un entorno rural en el Solsonés, donde los almendros ya están floreciendo y las abejas reinas salen para colonizar nuevos sitios.

Los alumnos de la escuela rural de Freixenet también han plantado flores aromáticas para favorecer la alimentación de los insectos. La directora del centro, Marta Manté, explica que hace ya unos años que trabajan el tema en las aulas "Ahora les estamos explicando que están desapareciendo y cómo podemos hacer que vuelvan al mundo rural para polinizar las flores y hacer la miel que tanto nos gusta". El proyecto es una oportunidad para conectar el mundo rural al mundo urbano.