La Casa Batlló cerrará puertas a partir de este jueves por "la escalada de tensión" provocada, según la dirección, por algunos trabajadores en huelga de la empresa Staffpremium y el sindicato convocante. Algunos trabajadores se declararon en huelga el 8 de octubre y, desde entonces, han organizado protestas. En algunos casos, según la dirección, han provocado destrozos que se califican "de irreparables" en el edificio Patrimonio Mundial, además de varios "incidentes violentos". También afirman que han agredido empleados de la Casa Batlló y han amenazado visitantes. El caso más grave se produjo el pasado sábado, cuando un "grupo de manifestantes encapuchados" lanzaron piedras contra el edificio, rompiendo parte de los plomados originales de 1906, recientemente restaurados.

Más de una docena de manifestantes se concentran periódicamente ante la fachada de la Casa Batlló con un despliegue de pancartas y con uso de megáfonos y silbatos y, según un comunicado de la dirección, "asediando a los visitantes y provocando que dos empleados de la Casa Batlló hayan requerido asistencia médica por problemas auditivos". "Uno de ellos, afectado por tinnitus y con pérdida de audición, sigue con tratamiento médico", precisan en una nota enviada a los medios.

Por la dirección, la escalada de tensión llegó a su cenit el pasado sábado al atardecer, cuando un "grupo de manifestantes encapuchados lanzaron piedras contra el icónico edificio, rompiendo parte de los plomados originales de 1906, recientemente restaurados y provocando daños irreversibles en este componente de las Obras de Antonio Gaudí protegido por la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO de 1972". En paralelo, afirman que otros manifestantes con bengalas y petardos arremetían contra el mobiliario urbano y los visitantes.

Según Gary Gautier, director de Casa Batlló, el edificio cierra porque no hay las condiciones para garantizar la "seguridad a la vía pública de empleados, visitantes y de nuestro Patrimonio Mundial, a pesar de haber contratado personal de seguridad privada para su protección". "Cerramos para protegernos de las agresiones físicas y para proteger un edificio que más allá de un negocio es Patrimonio Mundial", concluye Gautier.