El ayuntamiento de Barcelona ha hecho llegar una sanción de 600 euros a una familia numerosa, porque en pleno confinamiento, en marzo del año pasado, dos de los hijos fueron a comprar en el mismo coche. Se trata de la familia de Alejandro y Marina, que tienen once hijos de entre 27 y 14 años. Han recurrido la multa y confían en que impere el sentido común y no la tengan que pagar.

Para explicar cómo se ha llegado a esta situación hay que remontarse hasta el 25 de marzo del año pasado, en pleno confinamiento. A Alejandro le habían operado de las rodillas, en casa tenían la suegra enferma de Alzheimer y fueron dos de los hijos quienes fueron a hacer la compra. Una compra grande, recuerda, porque son familia numerosa y no la puede hacer una sola persona. La Policía paró a los hermanos cuando iban en el coche a comprar y les impuso una sanción, de 600 euros que les ha llegado sólo hace unos días. Han presentado un recurso porque consideran que es una “desproporcionalidad” y Alejandro se pregunta “si no hay nadie con sentido común en el Ayuntamiento o en las autoridades que inician esos expedientes para pensar, hombre, si estos no han quebrantado ninguna ley”. Y hay que tener en cuenta que sólo un día antes, el Gobierno modificó la norma para que se pudiera viajar “más de una persona en los desplazamientos realizados en vehículos de menos de nueve plazas, incluido el conductor”.

Tanto Alejandro como Marina creen que entonces todo el mundo estaba muy nervioso, era el inicio del confinamiento total y la policía ponía mucho celo para que se cumplieran las normas. Y a esto hay que añadir, dicen, que a sus hijos no supieron reaccionar, “fueron ingenuos”. Dejan claro que los dos chicos estaban empadronados en la casa y por lo tanto, formaban parte del mismo núcleo familiar. Dicen que, si no hay más remedio, pagarán la multa, aunque Alejandro reconoce que les supone un esfuerzo: “yo estoy jubilado. Mi pensión es de mil y pico euros, y si me ponen una sanción de 600 euro, cualquier persona sensata se puede imaginar que es una barbaridad. Porque el hecho punible es que se fueron a comprar los dos chicos en el coche. Porque compramos bastantes cosas”. Y apunta Marina: “si se hubieran ido de fiestas, con amigos, pues mira, a apechugar con las consecuencias, pagan la multa y punto” pero “iban a buscar alimentos”

Ambos lamentan que las administraciones no protegen suficientemente a las familias numerosas, no se las tiene en cuenta. Este es un ejemplo, por la poca empatía, pero Alejandro y Marina van más allá y denuncian la falta de ayudas para este colectivo.