El balance del macroperativo contra la venta y distribución de droga que Mossos d'Esquadra, Policía Nacional y Guardia Urbana han realizado en Barcelona se cierra con 61 detenidos y seis kilos y medio de cocaína y heroína intervenidas. Los tres cuerpos han explicado en un comunicado que también han incautado dos kilos de anfetaminas, 350 plantas de marihuana, 71.000 euros en efectivo y 118 móviles, y calculan que la droga intervenida tiene un valor de 550.000 euros en el mercado negro.

Las intervenciones se han hecho después de un año de investigación sobre "un consolidado entramado criminal dedicado al tráfico de drogas formado por tres ramas de nacionalidad rumana, pakinstaní y nigeriana que se habían hecho con el control" de la distribución de droga en el barrio del Raval de Barcelona y algunos municipios del área metropolitana. La investigación empezó a mediados de agosto de 2019, un mes después del dispositivo Suricat, en el que se desmantelaron 36 narcopisos y hubo 53 detenciones de personas investigadas por tráfico de drogas en Ciutat Vella.

En el dispositivo de este miércoles, llamado Coliseu, han participado un millar de agentes de los tres cuerpos policiales y han registrado 32 pisos y cinco locales del distrito de Ciutat Vella de Barcelona, y otros tres en Badalona, Cornellà de Llobregat y Esplugues de Llobregat.

Los investigadores sospechan que los tres grupos implicados podrían estar también relacionados con el tráfico de seres humanos, y estudian si algunos miembros de estas organizaciones trajeron a personas desde el extranjero hasta Barcelona para forzarles a vender droga "con amenazas y coacciones hacia ellas y sus familias en los países de origen, y también con agresiones físicas".

Los investigadores han hecho vigilancias y seguimientos durante un año, y consideran que un grupo de personas vendía heroína en las calles del Raval bajo una "estructura jerárquica" dirigida desde Rumanía. El segundo de los grupos investigados vendía al primero la heroína además de cocaína, y usaban varios inmuebles para vender y almacenar las drogas, algunos de los cuales estaban ocupados. La operación también se ha dirigido contra un grupo que "toma protagonismo durante el confinamiento, cuando empieza a proveer de drogas a los distintos grupos investigados", al ver que el estado de alarma frenó la entrada de droga desde el extranjero.

Los agentes consideran que el confinamiento por el coronavirus "supuso un cambio en las dinámicas de funcionamiento de los grupos investigados" porque quedó pausada la entrada de droga internacional y buscaron nuevas fuentes de suministro.

Desde el inicio del estado de alarma, en Ciutat Vella se han desalojado 19 domicilios (17 en el Raval) vinculados con la venta de droga: 10 puntos de distribución y nueve narcopisos.