Elisabet Martín, abogada del hombre que presuntamente violó y mató a una niña de 13 años en 2018 en la localidad catalana de Vilanova i la Geltrú, ha declarado en la primera sesión del juicio celebrado en la Audiencia de Barcelona que “él pensaba que se estaba defendiendo de un ladrón que había entrado en su casa”, tras haber consumido una gran cantidad de alcohol y cocaína.

En esta misma línea, Martín ha defendido que el acusado se encontraba “desestabilizado por completado, ya que su madre estaba a punto de fallecer, su padre no lo quería en casa ni le prestaba dinero y estaba perdiendo su relación con su hija”. De hecho, ha defendido que toda esta situación lo impulsó hacia el “refugio de la cocaína y el alcohol, convirtiéndose en drogodependiente a los 20 años”.

Es por eso que durante el día del crimen, según palabras de Martín, el estado mental del acusado estaba alterado y “perdió el contacto con la realidad”. Como había consumido, al entrar en su casa y escuchar unos ruidos inspeccionó la vivienda con un cuchillo en la mano. Fue en ese momento, y según el relato de la defensa, cuando vio una figura que no pudo identificar, creyendendo que era un ladrón, por lo que acabó con la vida de la víctima sin ser consciente y sin saber, porque estaba seguro que era alguien que quería robarle o atacarle.

La letrada ha explicado que desde que la niña desapareció hasta que murió solo pasaron cinco minutos “en los que según el fiscal y la acusación el acusado agredió a la niña sexualmente y la acuchilló, pero con solo cinco minutos eso no tiene ningún sentido”. De hecho, ha enfatizado que “nadie del edificio escuchó nada”.

La fiscal, María José Franco, ha recordado que se está juzgando la desaparición y muerte de una niña de 13 años que cuando bajaba del pisos de sus abuelos a la entrada del edificio donde la esperaba su padre, fue agredida sexualmente por el acusado y asesinada de manera “brutal, salvaje y cruel”.