La sesión de este jueves dedicada al juicio sobre el crimen de la niña de 13 años en Vilanova i la Geltrú se ha dedicado a las pruebas periciales. En este sentido, los agentes de Mossos d’Esquadra que registraron el piso donde se cometió el homicidio en 2018 han contado al jurado que encontraron el piso lleno de sangre que se había intentado limpiar con lejía.

Además, los policías han expuesto los detalles de sus informes, así como los indicios que recogieron al entrar el piso. Con estas pruebas han presentado, entre otros, un fragmento de uña del acusado que estaba pegado en el talón de la niña, astillas de madera, prendas de ropa y el mango de un cuchillo que encajaba con la hoja que estaba clavada en la oreja del cadáver.

En esta misma línea, han explicado que la habitación del acusado estaba ensangrentada por el suelo, las paredes y hasta dentro del armario. Es más, también encontraron que un lateral de la cama estaba desenganchado, supuestamente a causa del forcejeo.

En el suelo del piso encontraron un trozo de un bolígrafo roto en el suelo, y otro trozo dentro de una maleta, que encajan con un tercer trozo que estaba clavado en la tráquea de la niña.

Una prueba más es que, al analizar el perfil genético, los policías han expuesto que mayoritariamente encontraron ADN de sangre de la niña, sangre de ella y del acusado en algunos objetos y semen de él en unos calzoncillos y un edredón.

Una agente especialista en pruebas biológicas ha explicado que la ropa de la menor estaba completamente ensangrentada, lo que representa una “dificultad añadida” para encontrar otros restos genéticos, ya que la sangre puede enmascararlo. Además, la lejía también es un elemento que dificulta la identificación de los restos de ADN.