En un país mediterráneo como el nuestro comer y, sobre todo, cenar temprano es casi imposible. Los horarios y costumbres europeos de alimentación no va con nosotros.

Sin duda la gran cantidad de horas de luz que tenemos no invitan a cenar temprano ¿Alguien se ve cenando a las siete de la tarde en pleno verano?. A pesar de todo esto, los horarios de comidas pueden influir en nuestra salud y bienestar.

¿Qué beneficios podemos obtener?

En Mediodía COPE Cataluña hemos hablado con Mercé Gonzalo, portavoz del colegio de dietistas y nutricionistas de Cataluña y aseguraba que “realmente la hora de comer es menos influyente, no importa la hora que sea. Los alimentos y las calorías que ingerimos serán los mismos”. Además, decía que “a la hora de cenar la cosa cambia. Cenar e irnos enseguida a dormir puede afectar a nuestro descanso y digestión”

Nuestro metabolismo natural se rige por la luz, por los ciclos de sueño. Cenar muy tarde, cuando ya nuestro organismo empieza a prepararse para ir a dormir, puede ralentizar la digestión.

El confinamiento y la alimentación

El confinamiento y las diferentes restricciones en la hostelería han hecho que cocinemos más y comamos más en casa y más sano. “Bueno, hay de todo” nos explica la portavoz del CoDiNuCat. “Han habido cambios tanto en un sentido como en el otro, es verdad que hay personas que han regulado su alimentación y ejercicio pero también están los que han encontrado un placer y válvula de escape en los dulces y el alcohol.”

Lamentablemente estamos muy lejos del consumo recomendado de frutas y verduras. En Cataluña, por ejemplo, solo un 14% de las personas consumen las 5 raciones de frutas y verduras recomendadas. “Hay un exceso de productos procesados, de carne roja y de derivados cárnicos. Estamos en la cuenca mediterránea, en un país con denominaciones de origen de frutas y verduras buenísimas se supone que deberíamos consumir más de estos productos pero no es así por desgracia” concluye Mercé Gonzalo, portavoz del colegio de dietistas y nutricionistas de Cataluña.