La Agencia para la Seguridad Alimentaria europea aprobará que el “tenebrio molitor larva”, el gusano de la harina, pueda ser producido y comercializado para consumo alimentario humano.

A pesar de que es algo habitual en países asiáticos, no se había dado el caso en territorio europeo, y será la primera vez, tras muchos estudios, que se apruebe.

Hasta ahora este gusano estaba solo aprobado para mascotas pero no para humanos.

En La Linterna Cataluña hemos hablado con la doctora Anna Costa, dietista y nutricionista y portavoz del colegio de dietistas y nutricionistas de Cataluña “Desde el año 2015 hay un nuevo reglamento que ha abierto la veda a nuevos alimentos, ahora tenemos los tradicionales y nuevas propuestas. Estas nuevas propuestas, como la del gusano de la harina, tienen que someterse a estudios y pruebas para comprobar que sean seguros para cnsumo humano” nos explica la doctora Costa.

Un gusano rico en proteínas

Este insecto ha superado diferentes pruebas y análisis “han analizado su composición, proteínas, agua, minerales, y han comprobado que no tenga tendencia a albergar microorganismos que perjudiquen al ser humano así como que no generen toxinas de forma natural.” nos dice la portavoz del colegio de dietistas y nutricionistas de Cataluña.

“En el fondo es un escarabajo que se utiliza como alimento en su fase larvaria” de ahí que se le llame gusano de la harina.

La doctora continúa explicando que “Podríamos decir que podría ser alimento sano, rico en proteínas, grasas (aún por comprobar si son saturadas o no) y minerales”.

Prejuicios gastronómicos

Después de su aprobación para el consumo humano solo nos quedará nuestro propio prejuicio para consumirlo o no “En Asia es algo habitual este tipo de alimentos” explica Costa “pensemos que aquí, por ejemplo, consumimos gambas, que no dejan de ser un insecto marino, y son del mismo grupo. Consumimos caracoles, un gasterópodo, y nos nos da ningún reparo.” concluye la doctora.

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Investigando nuevas fuentes de proteínas

El interés para encontrar otras maneras de alimentarse es creciente, debido al gran consumo energético y efecto invernadero que supone la producción cárnica actual.

Por eso se buscan fuentes de proteínas alternativas a las animales. Uno de los caminos a seguir podría ser los insectos, a pesar de que con la gran cantidad de especies que hay es una tarea compleja de llevar a cabo.

La Agencia para la Seguridad Alimentaria ha recibido 156 solicitudes de productos nuevos, de los cuales 39 han sido aceptados. En la categoría de los insectos hay 11 casos en estudio y 4 en comprobación de documentación antes de revisarse.

De momento, el único que ha pasado el corte es el gusano de la harina, aunque ya se ha alertado que estos alimentos pueden provocar reacciones alérgicas como la de los crustáceos o el polvo.