El Barça vuela a Nápoles este lunes a las 11.00 de la mañana en vuelo chárter para disputar el partido de Champions, ida de los octavos de final mañana en el estadio San Paolo. Los jugadores y toda la expedición deberán pasar un control de temperatura nada más aterrizar en el aeropuerto, tal y como marcan los protocolos establecidos en estos casos, y como se hace con todos los vuelos que llegan al país italiano.

El control consiste en un escáner que mide la temperatura corporal de la persona para comprobar que no tenga fiebre y dura unos pocos segundos. En el caso que algún miembro de la expedición la tuviera, sería trasladado inmediatamente a un centro hospitalario para un examen más exhaustivo.

Messi y el resto del equipo viajan sin otra afectación y sin constancia de que la UEFA se plantee suspender el partido. Esta tarde comparecerán en rueda de prensa Quique Setién y Gerard Piqué y después el equipo entrenará a partir de las 19.00 en el escenario del partido.

Este fin de semana el coronavirus ha provocado cuatro muertes en Italia, en la zona norte y se han detectado más de 150 infectados en cinco regiones (Lombardía, Véneto, Emilia Romaña, Piamonte y Lazio). El foco está lejos de Nápoles, por eso, a priori no corre peligro la disputa del partido este martes a las 21.00 en San Paolo, en la zona sur muy.

Aunque el fútbol italiano ya está en alerta y este fin de semana se han suspendido cuatro partidos de la Serie A y otras decenas de partidos de categorías inferiores. Estas medidas tratan de contener la difusión del caos del virus que ha contagiado ya a más de 150 personas, ha provocado cuatro víctimas mortales y por ello se ha prohibido la entrada y salida de las 11 localidades que se consideran epicentro de la epidemia.