Recientemente el Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Zamora ha registrado su propuesta para que se estudie la incorporación del edificio del colegio “San José” en la Avenida de Requejo al Catálogo de Elementos Protegidos, documento integrante del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad. “Se ha hecho público el cese de la actividad educativa en dicho edificio, por lo que es probable que en el corto plazo los propietarios busquen un nuevo uso. Actualmente este edificio no tiene protección ninguna por lo que solicitamos que se ponga sobre la mesa y se incluya con el nivel de protección que los técnicos municipales estimen oportuno” afirma David Gago.

Los concejales socialistas aluden a la singularidad del edificio y al contexto urbano en el que se encuentra para soportar su propuesta: “el edificio se construyó en 1930 como colegio de la Purísima Concepción, siempre ha tenido un uso educativo, en la actualidad de la mano de las Siervas de San José, que lo adquirieron en la posguerra. Forma parte de esa arquitectura del ensanche de Zamora, la avenida de Requejo tiene varios edificios protegidos y hay que procurar conservar su estética”, informa Gago. En cuanto a su arquitecto, destaca su figura: “el edificio fue promovido por Enrique Roldán Prieto y proyectado por Antonio García Sánchez-Blanco, el autor de buena parte de los edificios singulares de la ciudad como la Casa de las Cariátides, el Cine Barrueco o la Casa Martín Cañivano, justo al lado del edificio que se propone proteger”.

Anticiparse para evitar “lamentos posteriores”

Desde el grupo municipal socialista instan al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Zamora a promover un estudio más profundo del catálogo y se valore la posible incorporación de otros elementos de la ciudad que se hallen desprotegidos. “En esta ciudad hemos lamentando la destrucción de edificios señeros con un interés arquitectónico claro, como la capilla del Hospital Provincial o la antigua Panera Social en la avenida de la Feria. Los lamentos son estériles si no sirven para darnos cuenta de la necesidad de anticiparse, el PGOU ha de ser un elemento vivo, que asegure un urbanismo ordenado y respetuoso con la historia de la ciudad”, afirma David Gago.