La Virgen de San Lorenzo siempre ha estado cerca de los vallisoletanos desde que, bajo el reinado de Alfonso IV, su imagen llegara desde Toledo para protegerla aquí de los saqueos musulmanes. Desde entonces se ha venerado en la ciudad de Valladolid. La huella de esa veneración puede seguirse en las pinturas de gran tamaño que se alojan en la Parroquia sede de la Patrona de la ciudad. Recogen los “momentos clave” de encuentro de la Virgen con los vallisoletanos en sus “necesidades”, en sus grandes catástrofes”, ha relatado a COPE el Historiador e investigador Javier Burrieza.

La Patrona ha estado al lado de la ciudad en momentos como la peste de 1599 o en el gran incendio de 1561 que asoló una décima parte de la ciudad y supuso la pérdida de seres humanos. Hay otros acontecimiento de la historia de Valladolid en los que también aparece la Virgen de San Lorenzo como la Misa de parida en agradecimiento por su intercesión en el nacimiento de Felipe IV.

Origen de la imagen

La imagen estuvo originalmente situada en una cueva del exterior de las murallas de la ciudad, en la margen izquierda del Pisuerga, junto a la Puerta de Aguadores, por lo que era conocida como Virgen de los Aguadores. Los favores públicos y privados recibidos por los vallisoletanos causaron que al poco tiempo la imagen fuera trasladada a la ermita dedicada a san Lorenzo, en la que recibió culto y su nombre actual. Ya en el siglo XV se hizo necesario construir un templo, la iglesia parroquial de San Lorenzo Mártir, del que, tras su reconstrucción entre 1980 y 1987, solo se conservan actualmente la torre, la pequeña fachada de entrada y el atrio adjunto.

Invocada como Patrona de Valladolid desde 1637, fue declarada oficialmente como tal en octubre de 1917, con motivo de la Coronación Canónica de la imagen por el cardenal Cos. La Hermandad de Nuestra Señora de San Lorenzo, constituida en octubre de 1781, recuperó en 2003 la procesión popular de la imagen en su festividad, tras más de 50 años sin celebrarse.

La talla de María es de madera policromada, de estilo románico-bizantino; está sentada en un trono, con los pies descubiertos; su mano derecha tiene los dedos juntos y hacia arriba en actitud de sostener el pomo, tradicional en las imágenes antiguas, pero su lugar lo ocupa actualmente un ramo artístico de oro y pedrería. También lleva una medalla con el escudo de la ciudad y un bastón de mando en alusión a la alcaldía de Valladolid. El Niño Jesús porta un libro y apoya su mano derecha en el pecho de su madre, y ambos llevan sendas coronas realizadas en oro y plata.