Con la llegada del otoño, el 22 de septiembre, a la lucha contra el COVID-19 se suma la proliferación de infecciones respiratorias propias de la época. Especialmente, la gripe. Cuya incidencia en la pasada campaña llegó a situarla en el umbral epidémico en Castilla y León, al superar los 97 casos por cada 100.000 habitantes.

Desde la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León confían en que el uso obligatorio de mascarilla sea un freno para la trasmisión de este tipo de enfermedades. “En el hemisferio Sur han disminuido las tasas”, explicaba la consejera, Verónica Casado, quien confía en que en España ocurra “lo mismo”.

La Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (Socalemfyc) comparte el razonamiento de la consejera. “Es lógico”, apunta su presidente, Educardo Lamarca, para quien el “meollo” de este otoño será la patología crónica. Más concretamente, el “descontrol” motivado por la pandemia en el seguimiento de los pacientes que sufren alguna.

“Estamos notando que está poco controlada”, ha reconocido a COPE, “y tememos que este descontrol pueda tener unas secuelas importantes”.

“Desmantelamiento” de recursos frente al COVID

Pese al “necesario” cambio en el modelo de atención sanitaria durante la pandemia, con un cribado telefónico en Atención Primaria, Lamarca ha advertido que “no hemos sido capaces” de “adaptar” durante el período estival los recursos destinados a una segunda ola del nuevo coronavirus.

En junio se produjo un “desmantelamiento” de la “mayoría” de las medidas que impulsó la Consejería de Sanidad al inicio de la pandemia. Sobre todo, en las denominadas “líneas COVID”. Y, especialmente, apunta Lamarca, en lo que respecta al incremento del personal sanitario y no sanitario que conllevó aproximadamente 4.000 contrataciones entre los meses de marzo y mayo. “En agosto nos ha sorprendido el repunte de contagios”, se ha lamentado, “y no hemos presenciado que se hayan vuelto a instaurar esas medidas que, en su momento, fueron necesarias”. A juicio de Lamarca, la Consejería debería haber “esperado” a la evolución de la enfermedad “en estas fechas”.

La presión hospitalaria en Valladolid, actualmente, está bajo control. Sin embargo, según los propios médicos de familia, los profesionales sanitarios están “saturados”. Tanto en los turnos como en las guardias, explica Lamarca, se ha venido incrementando la “carga” de trabajo. Y los recursos, ha rematado, están “muy justos”.