Coches desconocidos circulando despacio por el pueblo o personas que nunca habían visto, así comenzaron a sospechar los vecinos de Zaratán que algo raro estaba sucediendo en esta localidad vallisoletana. Pocos días después, 12 personas ocuparon un chalet vacío. Su actitud desde el primer momento no fue cordial, como nos ha explicado una de las vecinas de este municipio. Entraron por la fuerza y esperaron cuatro días para ocuparla definitivamente, tras ver que en ese periodo no iba nadie a la vivienda. Los vecinos creen que es su modus operandi y por eso ahora están en alerta.

El primer día que estuvieron en la casa las dos familias con menores, hicieron una barbacoa en el salón. En ese mismo momento los vecinos alertaron a la Guardia civil, por miedo además que pudieran provocar un incendio en el resto de chalets. Ante esa situación los ocupas no dudaron en enfrentarse a la guardia civil exponiendo bases legales. Saben que no se les puede echar de la vivienda hasta que un juez lo dictamine. Ante esa impotencia los vecinos decidieron movilizarse y hacer todas las tardes una cacerolada. Gracias a esa iniciativa y a la ayuda de la guardia civil y el ayuntamiento, lograron acabar con esa situación que les hizo pasar miedo.

Ahora sigue la movilización vecinal pero de otra manera, están muy pendientes de todos los movimientos sospechosos que ven en el pueblo y avisan a la guardia civil en cuanto ven algo fuera de lo normal. Con este método ya han localizado a dos coches que estaban merodeando por la zona. La guardia civil por su parte les ha aconsejado que quiten los carteles de “se vende” o “se alquila” para evitar esa conducta. Muchas de esas casas están a día de hoy vacías por la situación del estado de alarma y no quieren que se vuelva a repetir la experiencia que acaban de vivir.