Es el más antiguo de los teatros que conserva Valladolid. Diseñado por el arquitecto Jerónimo de la Gándara y edificado a gran velocidad, fue inaugurado en 1861 con la comedia de El Premio del bien hablar. Es parte de la historia del Teatro Lope de Vega que dos décadas después de cerrar sus puertas camina para recuperar su contenido.

Durante años funcionó como teatro y como cine. Fue, incluso, sede de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. En 2006 fue adquirido por Caja España-Duero, por siete millones de euros. Hubo intención de rehabilitarlo, pero la crisis económica frustró sus planes. Hoy el Ayuntamiento de Valladolid da el paso y se hace con este teatro histórico de la ciudad.

Una operación razonable que fragua después de que Unicaja aceptara una parcela residencial de más de 1,000 metros cuadrados en el callejón de la alcoholera. Allí se podrán construir unas 40 viviendas y la ciudad a cambio recuperará un espacio abandonado a su suerte.

Un complemento

“El Ayuntameinto cuidará que no entre en colisión con los otros espacios de la ciudad”, ha asegurado el alcalde de Valladolid, Óscar Puente. De hecho, el Lópe de Vega se convertirá en el séptimo contenedor cultural de la ciudad junto a Teatro Calderón, Zorilla, Carrión, Cervantes, el LAVA y el Auditorio Miguel Delibes.

No se descarta que el Lope de Vega se puede dividir en dos espacios, uno el puramente teatral con acceso desde la calle María de Molina y otro que da a la calle 20 de febrero. Danza, teatro, compañías loocales... “un espacio polivalente”, ha señalado el primer edil quien cuidará que la programación sea complementaria.

Con la ayuda de Cornejo

El empresario teatral, Enrique Cornejo, mostró su interés para llevar a cabo la reapertura del teatro el pasado mes de septiembre. Un proyecto que se ha visto truncado, si bien el propio Cornejo se ha ofrecido a ceder su propuesta cultural al Ayuntamiento, un guante que ha recogido el Alcalde.