La próxima semana, el Gobierno de Castilla y León analizará la evolución de la pandemia días después de haber decaído el Estado de Alarma y el toque de queda. En función de ello, podrían replantearse las restricciones y los indicadores que se utilizan a hora de tomar medidas. Mejora la situación sanitaria pero preocupa la saturación en Cuidados Intensivos.

“Nos preocupa el caos legislativo en el que han dejado a este país. Ahora mismo hay autonomías con más incidencia que otras que tienen toque de queda, hay comunidades que el toque de queda ha sido suspendido por sus Tribunales Superiores de Justicia, hay restricciones distintas en un sitio y en otro … un caos normativo y un desbarajuste que debería haberse evitado”, apuntaba el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea.

Igea, ha reconocido que la intención del Ejecutivo autonómico es cambiar el umbral de los 150 casos de COVID por cada 100.000 habitantes en dos semanas para municipios de más de 5.000 habitantes que utilizan desde hace más de un mes para cerrar el interior de la hostelería. La nueva situación, está marcada por la vacunación y el descenso de los contagios, pero preocupa la ocupación en las UCI que lleva a replantear este tipo de indicadores, “no a eliminarlos”.

“El próximo jueves en el consejo hablaremos de un acuerdo que contemple una variación en los indicadores o en los criterios, eso sí, teniendo siempre en cuenta que para nosotros lo primordial es salvar vidas, evitar el colapso sanitario y conseguir una reactivación de la actividad lo más rápida, pero también lo más segura posible.